Sin lugar a dudas una de las noticias más sorprendentes de la temporada baja fue el traspaso que llevó a Russell Westbrook a los Houston Rockets, donde volverá a compartir la media cancha con James Harden muchos años después.

Recordemos que Harden había sido parte de esa plantilla del Oklahoma City Thunder que cayó en las finales hace casi una década ante LeBron James y el Miami Heat, antes de ser traspasado a Houston y convertirse en la estrella que es hoy en día.

En este sentido, existían serias preocupaciones acerca de la capacidad de coexistir de dos jugadores tan dominantes y que necesitan el balón en sus manos. No obstante, de acuerdo con Harden, esto no debería ser motivo de problemas:

"Cuando tienes a jugadores tan talentosos, es algo que se soluciona solo. Tienes jugadores dispuestos a sacrificarse, así que encontraremos la manera de hacerlo sin problemas".

Harden y Westbrook son dos de los anotadores más indetenibles de la liga, pero su falta de éxito en la postemporada ha sido un gran lunar en su legado a estas alturas de su carrera. Sin embargo, añadir al ex del Thunder será una mejoría significativa frente al Chris Paul que vimos la temporada pasada.

Aún habrá muchas cosas por definir, pero los Rockets ahora cuentan con dos ex MVP y ex Campeones Anotadores en su plantilla, por lo que serán uno de los equipos  a vencer de acá a las próximas 3 o 4 campañas.