Poco después del inicio de la temporada pasada, Kyrie Irving se comprometió ante la afición de los Boston Celtics afirmando que renovaría su contrato con ellos, algo que, evidentemente, nunca sucedió.
Tras un periplo lleno de muchos problemas en el vestuario y otra eliminación prematura en los playoffs, Irving decidió abandonar el equipo para firmar con los Brooklyn Nets y convertirse en enemigo acérrimo de su ex franquicia.
En este sentido, los reportes indican que desde el seno de los Celtics estaban listos para la salida de Irving y ni siquiera se esforzaron en tratar de convencerlo de quedarse, algo confirmado por las palabras de Brad Stevens, entrenador del equipo:
“No sé si existía algo que podíamos o sentimos que deberíamos haber hecho para mantenerlo acá. Es parte de la agencia libres, puedes irte a donde quieras”.
Stevens, sin embargo, reconoció que siente aprecio por el polémico piloto y le deseó lo mejor en su nueva incursión profesional, si bien el resto de la afición de los Celtics no comparte este pensamiento:
“Disfruté de él, me gustaba verlo jugar. Le deseo nada más que salud y éxito y no lo culpo por escoger lo que quería hacer”, concluyó Stevens, que ahora dirigirá a Kemba Walkercomo su nuevo piloto estrella.