Cuando a mitad de 2018 Mauro Zárate protagonizó uno de los traspasos más polémicos de la historia del fútbol argentino, partiendo de Vélez a Boca y enemistándose por siempre con el club que lo vio nacer a nivel profesional, mucho se debatió sobre si la decisión que tomó el delantero era la correcta, y si iba a poder brillar con la camiseta azul y oro como supo hacerlo con las otras que vistió.
Tres años después, luego de que anuncie que va a dejar el Xeneize en muy malos términos, podemos decir que nada fue como él esperaba: lesiones, pocas posibilidades para mostrarse y malos rendimientos cuando tuvo la chance fueron algunos de los puntos principales que lo terminaron alejando del conjunto que hoy dirigeMiguel Ángel Russo.
Y justamente con el DT es uno de los problemas más grandes que tiene el delantero: según Diario Olé, el detonante final fue que ante Barcelona de Ecuador, en el 0-0 que se dio en la Bombonera el pasado jueves por la Copa Libertadores, no fue parte de ninguno de los cinco cambios que se hicieron. Es más, ni hizo el calentamiento como para ser variante.
Además, desde que llegó la nueva dirigencia a fines de 2019, hubieron idas y vueltas que desgastaron la relación. Sobre todo la renovación de su contrato el año pasado, en la que le habrían bajado el sueldo, pasando a cobrar en pesos y sin tener la cláusula de salida en enero que él esperaba, posponiéndola hasta ahora.
Por último, ver tantos nombres por encima de él y sin rendir del todo bien ayudó a su malestar: Franco Soldano siempre fue elegido por encima de él, más allá de su pésima racha goleadora, y hasta el técnico puso a Fabra en su posición para no meterlo. Incluso la llegada de Pavón y lo rápido que fue incorporado al plantel habría molestado. Ciclo cumplido.
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