Jorge Almirón llegó a Boca en emergencia, con Liga Profesional y Copa Libertadores en pleno desarrollo, y por ende recibió un plantel que no había sido pensado en función de sus preferencias tácticas. Por momentos se las ingenió para ponerle su sello, por momentos no. Y el cierre del semestre no fue ni desde los resultados ni desde los rendimientos demasiado diferente a lo anterior.

La buena, se selló la clasificación a los octavos de final de la Copa Libertadores. La mala, el Xeneize no solo está muy relegado en la Liga Profesional sino que además no ha dado señales como para pensar que está en condiciones de pelear seriamente por el título continental.

En ese sentido, Jorge Almirón estaba esperando con ansias la apertura del mercado de fichajes, con intenciones específicas de incorporar futbolistas de jerarquía en defensa, en tres cuartos de cancha y en ataque. Sin embargo, tampoco en ese sentido le tendrían las mejores noticias.

Solo unos días después de la breve reunión que mantuvo con Juan Román Riquelme de madrugada, a la vuelta de Mendoza tras perder 4-0 ante Godoy Cruz. en el programa Boca de Selección se avanzó que el mercado podría no ser lo que esperaba el DT.

“Este mercado de pases puede ser el más austero de esta gestión. Boca está pensando en la reincorporación de Taborda y Campuzano”, advirtió el periodista Fernando Presti. De ser así, Almirón puede ir olvidándose de los nombres rutilantes que sonaron como refuerzos posibles.