Las historias de superación son una habitualidad dentro del fútbol. De la nada a la gloria se puede escalar sin ningún obstáculo, pero los casos son ínfimos. La gran mayoría de los futbolistas tienen que luchar contra viento y marea para llegar lejos. Pero lo más complicado es volver a empezar, sobre todo después de tener la oportunidad de lucir la camiseta de la Selección Argentina y compartir la cancha con el mismísimo Lionel Messi.
A José Luis Gómez le ocurrió. Después de debutar en Racing, donde tuvo la posibilidad de formar parte del plantel que se consagró campeón en 2014 de la mano de Diego Cocca, su vida cambió por completo. Fue el mismo entrenador quien lo marginó ese mismo año tras la eliminación en la Copa Argentina a manos de Argentinos Juniors, que contaba con Juan Román Riquelme.
Luego de haber realizado las inferiores en la Academia, donde estuvo hasta 2015, se marchó hacia San Martín de San Juan, y más tarde pasó a Lanús. Allí tuvo su etapa de esplendor: fue de los mejores laterales derechos del país, llegó a lucir la camiseta del seleccionado nacional bajo la conducción de Jorge Sampaoli y no solo se dio el lujo de jugar al lado de Messi, sino que también de Ángel Di María y varios de los que habían perdido la final ante Alemania en el Mundial de Brasil.
Hace cuatro años, cuando pasó del Granate hacia Huracán, todo se complicó. A los 19 días de haber firmado su contrato, lo rescindió porque tuvo diversos problemas de salud, entre ellos una fuerte anemia, por lo que no logró disputar ningún encuentro con el elenco de Parque Patricios. Al intentar reencontrarse con su mejor versión, el ahora refuerzo de Central Argentino de La Banda, equipo de la provincia de Santiago del Estero, quedó a la espera de un llamado de Fernando Gago, quien le manifestó que si rendía en Reserva iba a tener un lugar con el plantel profesional.
El fallecimiento de su madre todo lo empeoró. Faltó a más de un entrenamiento, fue colgado en la categoría previa a la Primera División y, amagó con dejar el fútbol debido a que no lograba encontrar el rumbo. A todos los inconvenientes que padecía, se le sumaba lo económico. Claro, como tenía el contrato de un futbolista de la Reserva, el salario no alcanzaba. Y mucho menos para aportar en su hogar para ayudar a su padre. Fue allí que Gómez comenzó a trabajar, luego de los entrenamientos, como Uber. Y le iba muy bien. “Agarra el auto después de los entrenamientos y sale a laburarlo. A veces, más tarde también”, sostuvo José Luis Gómez (padre), durante noviembre de 2023, en diálogo con el medio partidario Racing de Alma. A lo que añadió: “Ojalá aparezca algo para que pueda seguir haciendo lo que sabe y sea feliz adentro de una cancha”.
El tiempo pasó, los dirigentes de la Academia no le renovaron su contrato y se marchó con el mismo en su poder hacia San Martín de San Juan, al que regresó tras ocho años. Pero allí estuvo hasta principio de año, ya que también quedó libre. Y tras 9 meses inactivo, a sus 32 años, comenzó a entrenarse en Central Argentino de La Banda, con quien disputará el Torneo Regional Federal Amateur y en donde tratará de reencontrarse con lo que más ama: jugar al fútbol.
El apoyo de su familia y otros futbolistas
El propio José Luis Gómez agradeció en una publicación de Instagram, a fines de 2023, a toda su familia, por el apoyo incondicional mostrado siempre. “Solo quiero agradecer a la familia, a mis hijos y a la gente que siempre está para apoyarte y tirarte un aliento para no bajar los brazos”, reconoció.
En la publicación también respondió Sergio Romero, el arquero de Boca con el que coincidió en aquella fatídica Fecha FIFA y a quienes une su pasado en Racing. “¡Es así Negrito, el fútbol tiene muchas piedras en el camino, pero somos fuertes para sobreponernos y seguir adelante, crack! Nunca bajes los brazos y mentalidad positiva que todo se acomoda, trata de ponerle buena cara y siempre para adelante”, fue el mensaje del arquero con más presencias en la Selección Argentina.
