Ayrton Costa es un 6 a la medida de Boca. Un 6 de raza bostera. Un tipo que va a una pelota dividida y ya sabés que va a ganar. Es verdad que a veces comete algún exceso imprudente, como con Maximiliano Salas en el último Superclásico, que zafó de milagro de la tarjeta.

Anoche, contra Tigre, tuvo un solo error, cuando se confió ante el paraguayo Oviedo y que casi termina en gol. Después, tuvo una actuación superlativa, entrando en la piel de los hinchas de Boca y coronando su noche con un golazo de cabeza.

Les digo la verdad, hace rato no veo un 6 de Boca con la presencia, prestancia, garra y personalidad de Ayrton Costa. Para ello, me tengo que remontar a Walter Samuel, salvando las distancias y sin exagerar.

Marquitos Rojo tenía esa fuerza y esa presencia, pero creo que se desvirtuó un poco en Boca por las lesiones y sanciones. Por eso, me parece superior lo de Ayrton.

Además, hay un plus: Costa fue uno de los refuerzos más inesperados de la era Riquelme. El ex Independiente llegó para ser el 3 suplente y completar el plantel, y se convirtió en una pieza fundamental del equipo, parte de la columna vertebral y uno de los más aplaudidos por los hinchas de Boca.

Respecto a Boca, no me gustó como jugó el equipo que tuvo a Ayrton como figura ante Tigre. A los de Úbeda les queda mejorar mucho si realmente quieren ser los candidatos a ganar el torneo.