¿Será que la jugada final ante Alianza Lima le retumba en la cabeza una y otra vez? Si bien lo más fácil es aniquilar a Gago, tildarlo de inútil, pedir que lo echen de Boca, hacer la novela de los penales, y otros etcéteras, Boca no juega la Libertadores por un tremendo fallo de Cavani. Edi no pudo empujar una pelota abajo del arco sin el portero rival enfrente ante los de Gorosito y es tan simple como eso: si hacía ese gol en la última del partido, se terminaba todo el biri biri de Pipo y lo más importante de todo es que Boca jugaba la Libertadores.

La vida continúa por supuesto, y el fútbol también, tanto como los goles que sigue fallando el uruguayo en posiciones inmejorables para convertir. En Córdoba, el 10 de Boca hizo todos los movimientos bien, como siempre, pero volvió a fallar en la red, su principal tarea.

Ante Belgrano tuvo dos oportunidades clarísimas de gol: la primera de cabeza tras otro centro perfecto de Lautaro Blanco e increíblemente Edinson cabeceó por arriba. La segunda chance fue en el complemento, cuando quedó mano a mano con Vicentini -arquero del Pirata-, pero sin confianza, en lugar de fusilar al 1 como sí hizo Zenón más tarde, tocó al medio de mala manera y ni siquiera Miltón Gimenez pudo anotar el segundo gol.

Es verdad que asistió a Zenón en el segundo tanto desde una posición discutible desde lo lícito, como así también que participó del tercer gol, pero sigue llamando la atención su falta de eficacia ante la red.

Hasta aquí el bueno de Edinson no pudo ni siquiera marcar un gol en calidad de visitante en el torneo local. Es un tipo profesional, es empático con el público, pero llegando a los dos años en Boca todavía no pudo ser campeón. Si bien suma una buena cantidad de goles, varios de ellos importantes como ante River en Córdoba y Palmeiras en Brasil, el balance hasta ahora le da negativo, resultado que podrá cambiar si se le vuelve a abrir el arco y consigue un título importante.