A lo largo de una carrera extensa y brillante, Gabriela Sabatini supo conquistar 40 títulos, de los cuales 27 fueron en individuales y 12 en dobles, además de una inolvidable medalla plateada en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988. Sin embargo, entre tantas conquistas hay un logro que ocupa un lugar sagrado en su memoria: la coronación en el US Open 1990, un triunfo épico que marcó la historia del tenis argentino y que ocurría un día como hoy, pero 35 años atrás.
El 8 de septiembre de 1990, Sabatini tuvo una cita con la historia frente a su eterna rival, la alemana Steffi Graf, número uno del mundo en aquel entonces. La argentina llegaba a esa final luego de una seguidilla de frustraciones en los Grand Slams: hasta allí había disputado nueve semifinales sin poder alcanzar el partido decisivo. Ese muro se derrumbó en Nueva York, donde desplegó su mejor versión.
“Ganar un Grand Slam es lo más importante que le puede pasar a un tenista. Haberlo vivido y que haya quedado en mi historia es algo único. Fue lo mejor que me pasó en mi carrera“, reconoció Sabatini en Infobae al recordar, con emoción, el título más trascendental de toda su trayectoria profesional.
Aquella tarde, Gaby se impuso desde el primer momento. Se adelantó 4-0 en el primer set con un tenis agresivo y contundente, hasta cerrarlo 6-2. En el segundo parcial, la paridad fue máxima y todo se definió en un tiebreak cargado de tensión. Fue allí donde Sabatini mantuvo la calma para imponerse 7-4 y sellar un triunfo que la convirtió en la primera tenista argentina en ganar un título de Grand Slam en singles.
Con 20 años, Sabatini levantó la copa del US Open sin ceder un solo set en todo el torneo. Aquella hazaña significó también vencer a la que era, quizá, la mayor dominadora de la época. La propia Gaby confesó qué sintió en el instante definitorio. “Ese punto fue la gloria. Nunca sentí algo así dentro de una cancha. Fue como si toda la historia de mi carrera se resumiese en ese momento”, rememoró.
Analizándolo con retrospectiva, para Sabatini el escenario neoyorquino siempre tuvo un sabor especial. A 35 años de aquel logro, todavía rememora las sensaciones que vivió en ese torneo. “Llevaba jugando muy buen tenis, pero no obteniendo los resultados esperados en los torneos previos, cosa que me frustraba mucho. Pero del día en que llegué a Nueva York, no me podía dormir pensando en el momento en el que levantaba la copa, algo que jamás había pasado. En esa ciudad, yo siempre sabía que tenía posibilidades de ganar, por todo lo que me generaba jugar allí, con ese público y en un lugar tan especial para mí”, relató.
El título del US Open 1990 fue mucho más que un triunfo: fue la consagración definitiva de Gabriela Sabatini como ícono del tenis argentino y mundial. Una gloria que aún hoy sigue intacta en la memoria de los fanáticos y, sobre todo, en el corazón de la propia Gaby.
