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Entrevista Exclusiva

Jugó en el Boca de Bianchi, enfrentó a Neymar y Cristiano Ronaldo y se retiró para ser ingeniero agrónomo: “Mi futuro estaba en otro lado”

Emiliano Albín estudió durante 17 años, en paralelo con su carrera profesional. En una entrevista exclusiva con Bolavip, cuenta cómo encontró la forma de vivir el fútbol desde otro lugar.

Jugó en el Boca de Bianchi, enfrentó a Neymar y Cristiano Ronaldo y se retiró para ser ingeniero agrónomo: “Mi futuro estaba en otro lado”
© PeñarolJugó en el Boca de Bianchi, enfrentó a Neymar y Cristiano Ronaldo y se retiró para ser ingeniero agrónomo: “Mi futuro estaba en otro lado”

Vistió las camisetas de dos de los clubes más ganadores de América, disputó una final de Libertadores, representó a su país en los Juegos Olímpicos y hasta se dio el lujo de enfrentar a figuras como Neymar y Cristiano Ronaldo. Pese a todo este currículum, Emiliano Albín decidió colgar los botines a los 34 años, convertirse en ingeniero agrónomo y seguir ligado al fútbol desde otro lugar.

Actualmente, el exfutbolista de Boca es Intendente de la Ciudad Deportiva de Peñarol y asesor de las canchas de Diego Forlán en DFC y del club Terremoto. En una entrevista exclusiva con BOLAVIP, el uruguayo repasó los momentos más destacados de su carrera y reveló cómo fue el proceso para retirarse y recibirse tras de 17 años de estudio.

-Debutaste en Peñarol casi sin haber hecho inferiores. ¿Cómo fue el salto directo a un equipo grande?

-Llegué a los 18 años y fui directo a la Reserva. Mi formación había sido en el fútbol del interior, como las ligas amateur que Argentina tiene en cada provincia. Donde yo vivía, tenía que viajar demasiado para ir a la facultad, entonces tomé la decisión de irme a Montevideo y ahí se abrió la posibilidad de Peñarol. Hoy es bastante impensado que alguien entre directo a Reserva, pero el fútbol en ese momento lo permitía y sé que tuve bastante suerte. Dos años después debuté en Primera División.

-¿Fue difícil la transición del fútbol del interior al profesional?

-No la sentí. No recuerdo tanto, pero no fue algo chocante. Era un plantel totalmente nuevo, entonces fue bastante fácil acoplarme a la posibilidad de jugar. No vi una diferencia en preparación o por lo menos en ese momento no lo sentí. Tuve una formación en lugares del interior que fue buena, más allá de que hay diferencias y hoy seguramente están mucho más marcadas.

-En tu primer año te tocó enfrentar al Real Madrid. ¿Cómo lo viviste?

-Fue una gran experiencia para nosotros. Estaba arrancando en Primera División y era un juvenil de 20 años. Enfrentar al Real Madrid era algo bastante impensado y más para un equipo sudamericano. Peñarol y Real Madrid fueron considerados los “campeones del siglo”, uno por Europa y otro en América, y se aprovechó ese trofeo para hacer un partido en conmemoración y festejo de esos títulos.

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-Y lo hiciste enojar a Cristiano Ronaldo…

-Sí, me enteré por videos que me tiró una patada. Obviamente nosotros vivíamos diferente el partido que ellos. Si no era el primero, eran los primeros partidos de Cristiano en el Real Madrid. Para ellos era la presentación del equipo y para nosotros era muy especial. Lo jugamos de una manera más fuerte de la que ameritaba, pero bueno… Por suerte salió bastante parejo.

-¿Qué le hiciste para que se enojara?

-Fue por un quite. Lo agarré de la camiseta y él me tiró una patada. La realidad es que yo en ese momento no me enteré. Me di cuenta más que nada por la reacción de los jugadores y un video de Pato Sosa despeinándolo, que también lo hizo reaccionar.

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-Poco tiempo después enfrentaste a Neymar en Santos. ¿Qué recuerdos tenés de él en esa final de Libertadores?

Como verás, fueron bastante intensos los comienzos de la carrera, ja. Él estaba en un momento increíble, ya planificando su futuro europeo. Creo que todos hemos disfrutado de un jugador de muchísima calidad, con un estilo de juego particular, pero muy respetuoso. Muchas veces me han consultado si sentía una falta de respeto por su juego y en realidad él jugaba muy callado, de una manera espectacular a la vista. Le dio frutos a su equipo y terminó consagrándolo campeón de la Copa con una actuación bastante importante.

-Fuiste parte de la selección uruguaya en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. ¿Qué significó esa experiencia?

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-Es el acontecimiento deportivo más importante que puede tener un deportista. Cada vez que llegan, todos los jugadores se quieren postular para poder estar y los atletas de cualquier deporte lo buscan como sello para sus carreras. En lo personal, fue de las cosas más importantes de mi carrera, más allá de que a nivel deportivo no fue lo que esperábamos. Poder estar en la Villa Olímpica, presenciar la inauguración, compartir con deportistas de todas las disciplinas fue impresionante. Poder ir a desayunar, sentarte en un lugar de 10.000 atletas y poder conversar y ver realidades diferentes fue algo espectacular.

-¿Qué fue lo que más te impactó de esa convivencia olímpica?

-Lo más raro y lo que más marca es que cada deportista, aunque sea el mejor, lo vive de la misma manera que nosotros. En ese momento estaban Federer, Nadal, los jugadores de la NBA, Bolt y todos estaban con sus cámaras, intentando registrar cada momento desde su ángulo.

-En el plantel tenías a Edinson Cavani y Luis Suárez. ¿Cómo eran ellos puertas adentro?

-Como compañeros, la realidad es que son normales. La humildad de haber pasado ese mismo proceso que estábamos viviendo todos hizo que fueran uno más y aportaran de donde les tocaba. Luis estaba en Liverpool y creo que Edi en Napoli. Claramente, eran las dos figuras que nosotros teníamos. Fue un placer y un privilegio. Son dos jugadores distintos, técnicamente impresionantes y que marcaron el fútbol uruguayo, por lo menos en la historia reciente, junto con Diego Forlán.

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Albín, titular en Londres 2012 con la Selección de Uruguay.

Albín, titular en Londres 2012 con la Selección de Uruguay.

Su paso por Boca con Falcioni y Bianchi

Albín llegó a Boca a mediados de 2012 y vivió dos semestres muy distintos. El primero fue con Falcioni, que aprobó su llegada y le dio muchos minutos. En el segundo, con Carlos Bianchi, tuvo que pelear mucho más en un equipo de rendimiento irregular. En ese tiempo vivió un auspicioso debut contra Independiente, un Superclásico muy especial y una Copa Libertadores.

-Volviste de Londres y al poco tiempo llegaste a Boca. ¿Cómo fue el primer partido?

-El debut en La Bombonera fue hermoso. Por suerte venía de jugar en Peñarol con mucho público y con una presión también muy importante, entonces eso daba tranquilidad. Llegué, vi un partido en la tribuna y después a la cancha. Creo que hubo una expulsión y por eso entré. Se dieron un par de jugadas y fue espectacular.

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-Jugaste mucho en ese semestre

-Fue un buen comienzo con Falcioni, que confió mucho en mi juego y me dio muchas posibilidades de jugar. No sé si era su primera opción para llegar o no, pero sí fue un técnico que confió mucho en mí.

-Jugaste el primer Superclásico después de la vuelta de River a Primera. ¿Qué recordás de esa tarde?

-Y sumado a eso fue de los últimos con público visitante. La llegada al estadio fue impactante porque terminamos el último recorrido a velocidad de caminata. El micro no podía avanzar de la cantidad de gente que había. Fue una de las cosas más lindas que me tocó vivir. Disfruté de ese partido. Ojalá que el fútbol pueda volver a ese camino y disfrutar de las dos tribunas.

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-¿Y del partido qué te quedó?

-Fue un partido raro. Perdíamos 2 a 0 y lo pudimos empatar cerca del final con el gol de Erviti. River tenía jugadores muy importantes en su vuelta a Primera, pero nosotros también teníamos un plantel fuerte. Un empate al final siempre da sabor a victoria.

Albín fue titular en el Superclásico del Torneo Inicial 2012 y jugó los 90 minutos.

Albín fue titular en el Superclásico del Torneo Inicial 2012 y jugó los 90 minutos.

-Al año siguiente volvieron Riquelme y Bianchi. ¿Cómo impactó eso en el grupo?

-Fue un comienzo de semestre distinto. Nosotros arrancamos la pretemporada y obviamente era una revolución para el club y el plantel, porque volvían dos de los personajes más importantes de la historia del club. Obviamente se disfrutaba de poder tener a Román como jugador y a un técnico de esa categoría.

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-¿Te quedaste con ganas de continuar en Boca?

-Me hubiese gustado quedarme más tiempo. Me quedé con ganas de disputar más partidos y tener un poco más de ritmo y minutos en el segundo semestre para poder quedarme ahí. Sé que el primero fue más positivo y fue donde tuve mejores rendimientos.

-Bianchi llegó a decir que el puesto del lateral derecho estaba “de remate”. ¿Te afectó eso en el día a día?

-No me acuerdo muy bien de eso, ahora voy a tener que ir a buscar el archivo, ja. La competencia interna, estando en equipos grandes, es así. Generalmente tenés dos y hasta tres jugadores para un mismo puesto y casi siempre los jugadores que están son de alto nivel. No podés dar lugar a dudas al entrenador, porque hay un compañero que está a tu nivel o superior y que va a buscar su oportunidad de demostrar.

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De jugador a ingeniero agrónomo

Después de Boca, la carrera de Albín continuó con distintas camisetas: regresó a Peñarol, jugó en el Arouca de Portugal, tuvo una segunda etapa fugaz en el fútbol argentino con San Martín de Tucumán, pasó por Santaní de Paraguay y distintos clubes de Uruguay. Durante ese recorrido nunca dejó de estudiar, hasta que decidió apostar todo a su otra pasión.

¿Cómo fue el inicio de tu carrera universitaria en paralelo al fútbol?

-Comencé facultad antes de arrancar a jugar profesional, por eso me mudé a Montevideo. No fue por el fútbol, sino por los estudios. Hice los dos primeros años a full hasta debutar en Primera. Después vino la Copa Libertadores del 2011 y vivimos casi todo el tiempo concentrados entre viajes y partidos. Entonces ahí aflojé un poco.

-¿Fue difícil combinar el fútbol y el estudio?

-Cuando me fui a Argentina y durante todo el tiempo que estuve en el exterior no pude estudiar, porque es una carrera presencial y muy práctica. En ese tiempo mechaba con cursos relacionados online, como para poder seguir en contacto con la agronomía desde otro lugar.

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-¿Cuándo retomaste la carrera?

-Cuando volví a Uruguay, entre 2015 y 2016, hacía de a dos o tres materias. Ya en el 2022 dije: “Voy a terminar la facultad porque en realidad es lo que me gusta”. Mi carrera en el fútbol ya no iba a tener cambios importantes a nivel deportivo y económico. Quería continuar lo que había comenzado y vi que podía encontrar un nicho de estar ligado al fútbol pero desde otro lugar.

-¿El estudio siempre fue una prioridad?

-Mi contexto familiar marcaba que el estudio era importante y era algo que quería hacer. Tuve un pasaje en el medio donde no encontraba la conexión de la agronomía con el fútbol y no sabía si me iba a dedicar a la agronomía. No encontraba un lugar donde pudiera trabajar como agrónomo y decir “esto es lo que me apasiona” hasta el final de la carrera, donde pude hacer esa conexión con el césped deportivo. Eso me dio un impulso. Me dije: “Ahora sí sé cómo puedo conectar la agronomía con el fútbol, voy a meterle”.

-¿Fue difícil dejar el fútbol?

-No. Fue una transición bastante fácil, porque dejé de jugar, me recibí en diciembre y ese mismo mes ya estaba trabajando en Peñarol. Fue un periodo sencillo porque estaba preparado para ese momento, más allá de que en realidad era joven. Yo me retiré a los 34 años, pero veía que mi futuro estaba en otro lado. Tenía actividades que me permitían ocupar el día y la cabeza. Hoy disfruto de estar en esta posición.

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Albín regresó a Peñarol en otro rol, de la mano de Diego Aguirre.

Albín regresó a Peñarol en otro rol, de la mano de Diego Aguirre.

-Si no hacías esa conexión con el fútbol, ¿serías ingeniero agrónomo igual?

-Seguramente hubiese terminado la carrera, pero a un ritmo mucho más lento. Fueron 17 años desde que comencé hasta que terminé, con varios parates en el medio. Seguramente lo hubiese culminado, pero sé si estaría trabajando de agrónomo porque no me veo en otro sector que no sea esto. Cuando pude encontrar este lugar fue una inyección de entusiasmo. La carrera futbolística me abrió un montón de puertas que hoy disfruto y aprovecho para poder desarrollar mi labor.

-¿Cuál es tu función hoy en Peñarol?

Estoy diariamente en el predio. Mi posición hoy en Peñarol es la de intendente de la Ciudad Deportiva, que es un lugar con ocho canchas, siete de césped natural y una de sintético. Estoy a cargo de la gestión del lugar y la coordinación con todos los planteles que pasan por acá. Son más o menos entre 800 y 900 los chiquilines que pasan por el predio diariamente, además del primer equipo. Tengo contacto con todos los entrenadores, la coordinación de formativas, la captación, la escuelita de fútbol y el fútbol femenino. Tengo un contacto bastante cercano con el cuerpo técnico de Primera División porque es el mismo que tuve al principio de mi carrera y donde tuvimos esa Copa Libertadores.

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-Aprovechando que sos especialista: hay mucha polémica con el césped sintético, sobre todo en Brasil. ¿Qué posición tenés al respecto?

-Los jugadores todavía somos algo reacios al césped sintético, más allá de que la tecnología ha avanzado y son cada vez mejores. El juego sigue sintiéndose distinto y todavía no tenemos estudios a largo plazo sobre los efectos que puede tener en los futbolistas. FIFA está impulsando el uso de césped híbrido, que te da otra fortaleza a la hora de mantenerlo en buenas condiciones. Hoy eso es clave, porque vendemos un producto para la televisación y el campo tiene que estar a la altura. Más allá de que los jugadores creemos que es mejor el césped natural, si no mantenemos los estándares de calidad, jugar sobre un campo en malas condiciones puede aumentar la probabilidad de lesiones.

-¿Cómo te ves en el futuro dentro de este nuevo rol?

-Mi idea es seguir y crecer dentro de Peñarol, porque es un lugar que disfruto muchísimo y me abre muchas puertas para trabajar. Yo, aparte de esto, puedo seguir trabajando como asesor en otros predios. Estar acá me da muchísima alegría, porque puedo estar cerca del campo. Como agrónomo me da una visibilidad muy importante, así que disfruto de esta labor.

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-¿Te seguís capacitando?

-Constantemente. Todo va evolucionando todo el tiempo, porque los jugadores y los cuerpos técnicos exigen muchísimo y los clubes necesitan aggiornarse en las condiciones que dan. Si hacés un análisis de los predios en Argentina, no hay ninguno que pase más de un año sin realizar alguna obra en su campo de juego, porque necesitan condiciones mejores y brindarle a los jugadores las comodidades necesarias para realizar un trabajo. Hoy jugamos un deporte que se gana en los detalles, entonces necesitás estar atento a todo. Las inversiones que hoy maneja el fútbol son muy elevadas, entonces hay que estar a esa altura para poder competir.

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