En los últimos años de la década del 2000 y principios de la del 2010, David Ramírez cautivó al fútbol argentino con su talento en Godoy Cruz y Vélez, gracias al cual fue rebautizado como el ‘Mago’. En aquella época, incluso llegó a estar en el radar de la Selección Argentina cuando Diego Maradona era el DT.
En diálogo con Bolavip, el ex mediocampista ofensivo surgido de Sportivo Italiano hizo un repaso de su extensa carrera como futbolista, tocó su paso como entrenador en el ascenso y se refirió a una nueva etapa en su vida, ya que comenzó a ser representante de jugadores.
Sus inicios en el fútbol
Tras realizar gran parte de las divisiones inferiores en su Villa Ramallo natal, a través de su formador Ramírez tuvo una prueba en Sportivo Italiano, donde quedó para seguir con su desarrollo. Si bien al principio no fue fácil, logró asentarse. “Era mucho más difícil que hoy llegar a Primera”, comentó.
David Ramírez en Sportivo Italiano.
-¿Cómo fueron los inicios hasta llegar a Italiano?
-Había que pelearla. Era mucho más difícil que hoy llegar a primera. Hoy es otra cosa. Hay muchas más posibilidades. Llegué gracias a Abelino Verón, fue mi formadora acá en Inferiores, que nos llevó a probar a mí y a dos compañeros más y quedamos ahí en italiano, ya con una edad bastante avanzada. Fue bastante raro pero bueno, hicimos las cosas bien y tuvimos la suerte de quedar. En un momento yo me había pegado la vuelta para el Ramallo, me dejó volver y ahí arranqué arranqué mi carrera en Italiano.
–¿Por qué volviste a Ramallo?
-Me pasó lo que le pasa a todos los chicos que se van de su casa, de extrañar, estar lejos. De repente estar todo el día en la calle, a estar encerrado, a tener esas obligaciones cuando las únicas que eran estar al día en el colegio, a tener esa responsabilidad que, bueno, uno no estaba preparado. Por suerte me di cuenta a tiempo, tuve las palabras justas de las personas que tenían que aparecer, que eran mi viejo, que era Avelino Verón y me pegué la vuelta, me banqué todo lo que me tenía que bancar porque uno, hasta el día de hoy, se cree que es fácil y no es fácil irte de tu casa.
Los primeros pasos hasta llegar a Godoy Cruz
Luego de pasar por Italiano, el ‘Mago’ tuvo pasos por Ferro, Olimpo de Bahía Blanca y Ponferradina de España, hasta que llegó a Godoy Cruz en 2007, donde tal como lo comentó, nació el amor por la camiseta del elenco mendocino, en el que tuvo cuatro etapas.
Este camino tuvo diversos obstáculos en el mismo, ya que en el elenco bahiense perdió la categoría y no fue tenido en cuenta por el entrenador Leonardo Madelón, mientras que en el elenco español descendió de la segunda a la tercera división.
“Llegué cuando estaba en primera división, había un plantel espectacular. Yo venía del ascenso y eran prácticamente todos jugadores de primera. Hicimos dos torneos muy buenos, estábamos prácticamente condenados al descenso. Hicimos dos torneos, una campaña en la que superamos los 50 puntos que había que sacar y bueno zafamos del descenso pero tuvimos que jugar la promoción y la perdimos con Belgrano. Fue muy triste, fue un golpe durísimo. Para mí fue el primer golpe importante que tuve“, contó.
David Ramírez en Olimpo de Bahía Blanca.
El primer paso por Godoy Cruz y nuevos préstamos
Tras las experiencias en Bahía Blanca y España, Ramírez llegó para jugar en Godoy Cruz en 2007 que no se encontraba en un buen momento debido a que había descendido a la B Nacional luego de perder la Promoción con Huracán. Allí consiguió su segundo ascenso a primera.
-Los inicios fueron duros en Godoy Cruz…
-Llegué con el Checho Batista y ahí empezó el amor con esa camiseta, con la gente de Mendoza. No fue fácil, la gente que llegábamos de afuera, que no éramos mendocinos, por ahí no nos veía de la misma manera. Teníamos que hacer mucho esfuerzo, hacer muy bien las cosas para ganarse un lugar en la gente. Y lo hicimos. Hicimos un torneo muy bueno, en el que ascendían los primeros dos. El club venía golpeado por el descenso, había descendido y lo devolvimos a primera.
–Luego de no sentirte parte del ascenso de Olimpo, ¿Este ascenso fue una revancha?
–Para mí fue el primer buen logro que tuve, porque con Olimpo yo no lo sentí mío por el problema que tuve con Madelón. Sí, salimos campeones del Apertura, donde jugué pocos partidos y no me sentí parte de ese torneo. Pero sí, en este sí porque jugué, participé, por el grupo, porque hice goles. Así que para mí fue muy emotivo. Yo miraba por televisión partidos de Ascenso, las finales y decía que lindo debe ser ascender. Yo jugaba en la B metropolitana y veía cosas así y decía que lindo debería ser. Y cuando me tocó, fue muy lindo porque era lo que todos queríamos, lo que la gente quería.
Tras este ascenso con el elenco mendocino, Ramírez no permaneció en el club y tuvo dos experiencias nuevas en su carrera. La primera fue en Gimnasia de Jujuy de la mano de Labruna, y la segunda en Unión Española de Chile, donde inició su mejor versión. “El formato del fútbol chileno no era muy bueno, le sacamos 7 u 8 puntos al segundo y después había playoff y terminamos perdiendo la final, pero fue un año bárbaro. Yo creo que ahí tuve el comienzo de mi mejor momento futbolístico”.
David Ramírez en la U. Española de Chile.
–Además le hicieron una buena llave a Vélez en Sudamericana…
-En la Copa Sudamericana nosotros íbamos a jugar o contra Boca o contra Vélez, con el ganador de ellos dos, y nosotros preferíamos que gane Boca porque para nosotros era el más débil. Terminamos quedando afuera después de perder un partido y empatar el otro.
El regreso a Godoy Cruz y la posibilidad de la Selección
Poco tiempo después de su salida, Ramírez volvió a Godoy Cruz. En esta etapa en el Tomba, realizaron una campaña histórica en la que clasificaron al club por primera vez a la Copa Libertadores. Además, por su buen rendimiento llegó a estar en el radar de Diego Maradona para la Selección Argentina.
David Ramírez en Godoy Cruz.
–¿Cómo fue la histórica campaña en tu regreso a Godoy Cruz?
-Llegué en enero, en la mitad del torneo cuando estábamos en zona de promoción. Y llegó el Turco, que era su primera experiencia como técnico y dijo que íbamos a pelear el torneo y lo queríamos matar porque nosotros teníamos que sumar para salir de la zona esa. Que venga el gordo y diga que vamos a pelear el torneo, está bien, y la verdad que no nos sorprendió lo que hicimos por lo que fue la pretemporada y en la primera fecha sabíamos que estábamos para más y teníamos un plantel bárbaro, que era muy competitivo. Si hubiéramos tenido la jerarquía necesaria para pelear un torneo, salíamos campeones.
–¿En dónde faltó esa jerarquía para ser campeón?
-Por ahí la cabeza nuestra, porque no era un plantel que estaba acostumbrado a pelear torneos, pero sí a estar cuando las papas quemaban y todo. Cuando vos te vas acercando a la etapa final y tenés que ganar el partido que tenés que ganar, los nervios te juegan en contra y eso fue lo que no pasó. Nosotros los partidos que tuvimos que haber ganado no lo pudimos hacer. En la cancha de River arrancamos ganando 1-0 y jugando muy bien y cometimos dos errores por lo que terminamos perdiendo 2-1 un partido que si lo ganábamos, quedábamos punteros y quedaban cuatro o cinco fechas.
–¿Este buen nivel te llevó a estar en el radar de la Selección?
-Sí. Un día viene el Turco y me dice, Mago, el Diego te está siguiendo, te quiere ver, quiere que seas una opción en caso de que Riquelme no esté. Ya que me diga que el Diego me conocía hizo que me tiemble todo. Surgió que pasaron dos o tres partidos en los que yo no toqué la pelota. Tuve partidos malos. Fueron partidos contra equipos duros, donde no te dan los espacios, no te dejan jugar. No sé si eso fue lo que me dejó afuera de una convocatoria, pero pasó justo eso. Hubiese sido lindo, por lo menos tener un partido con la Selección. Yo no lo conocía a Diego y me hubiera gustado más conocerlo a Diego que jugar en la Selección.
El paso a Vélez para ser campeón
A pesar de no cumplir el sueño de llegar a la Selección Argentina, el ‘Mago‘ fue traspasado al Vélez de Ricardo Gareca. Con el Fortín se consagró campeón del Torneo Clausura 2011, llegó a semifinales de la Copa Libertadores y fue el goleador del equipo en el certamen local.
David Ramírez en su paso por Vélez.
–Además de estar cerca de la Selección, pudiste llegar al Vélez de Gareca…
-Llegué a Vélez a ser suplente para adaptarme porque volaban. Cada vez que faltaba un jugador en la parte ofensiva, jugaba yo. Cualquiera que falte en la parte ofensiva, Ricardo me ponía a mí. Jugué nueve partidos de titular nada más y metí ocho goles. Aprendí un montón de cosas con Gareca, que fue el mejor técnico que tuve. Con 30 años aprendí un montón de cosas. Fue lindo porque aparte salimos campeones, algo impensado para mí con el inicio de carrera que tuve, con lo difícil que fue. De repente estaba saliendo campeón del fútbol argentino y la verdad que fue muy lindo.
–Encima quedaron a un penal de jugar la final de la Copa Libertadores…
-Yo siempre dije, si nosotros pasábamos, en la final a Santos le ganábamos porque tenía un estilo de juego parecido al nuestro, te dejaba jugar. Si vos lo dejabas jugar te pintaba la cara, pero nosotros en el juego no nos ganaba nadie. Nos tocó con un equipo duro como Peñarol, que te corrían, te metían y estuvimos a un penal de pasar a la final. Me acuerdo que estábamos terceros en el ranking mundial de la FIFA. Barcelona, Real Madrid y Vélez. Era una locura lo que jugaba ese equipo.
-¿Cómo era Gareca como técnico?
-Te decía las cosas que tenía que decir en el momento justo. No se pudo trabajar tanto en un campo de juego porque jugábamos cada tres días prácticamente. Utiliza muy bien los videos. En una concentración te mandaba a llamar, te metía en la oficina y te mostraba las cosas buenas y malas que tenías, que habías hecho. Decía, ¿Por qué hiciste esto? ¿Por qué no hiciste aquello? ¿Por qué estás acá en vez de estar acá? Yo tuve la capacidad, que parece una pavada pero que muchos no la tienen, que es hacer caso y darme cuenta de que me iba a servir. Por eso hice la cantidad de goles que hice. Yo venía de Godoy Cruz de hacer diez goles fuera del área. Y acá hice dos de afuera del área y el resto de adentro. Estaba llegando. Me paraba donde él me decía que me tenía que parar, llegaba por donde él me decía que llegue.
-En ese plantel te toca compartir también con Seba Domínguez, ¿Cómo era en el vestuario como referente?
-Seba es muy buena persona, muy buena gente, ganador. Salió campeón en todos los clubes que jugó, entonces tenía esa mentalidad. Dentro de la cancha era un líder tenga o no tenga la cinta, él era líder. Y afuera una persona normal, piola, serio, pero se prestaba para la joda cuando se tenía que prestar.
-¿Se notaba que iba a ser DT?
–Tenía pinta de que iba a querer dirigir aunque él decía que cuando dejara el fútbol se iba a ir a la platea a ver los partidos y a no saber nada con el fútbol, pero se veía que iba a ser técnico. Lamentablemente le fue mal porque por ahí cuando arrancás necesitás no solamente tener los jugadores sino ver en qué momento los tenés. A él no le ha ido bien ahí en Vélez, creo que por eso. Venía de salir campeón, pero por más que haya salido campeón en el torneo anterior, en el siguiente no te va a pasar por arriba. El jugador inconscientemente también se relaja. Nos pasó a nosotros después de salir campeón con Vélez. Al siguiente torneo como que estábamos un poco relajados y no nos dábamos cuenta. Yo creo que se encontró con eso Sebastián lamentablemente y no le fue nada bien.
El regreso a Godoy Cruz
En el buen año que tuvo en el Fortín, Ramírez sufrió una lesión muscular importante por lo que perdió terreno. Debido a esto, decidió volver a Godoy Cruz en búsqueda de mayor protagonismo. “Creo que fue peor esa lesión para mí”, comentó respecto al problema físico.
-¿Cómo se da tu segunda vuelta a Godoy Cruz?
-Irme de Vélez no fue tanto una decisión mía. Sí la de ir a Godoy Cruz. Ricardo primero me había dicho que no me iba a dejar ir aunque yo se lo pidiera. Pero tuve una lesión, un desprendimiento del músculo de cuatro centímetros. Creo que fue peor esa lesión para mí porque esa lesión me hizo perder confianza, me hizo perder velocidad, un montón de cosas. Me liquidó. Ese último semestre jugué poco y nada. Y lo poco que jugué, la verdad no estaba bien. Yo tenía intenciones de revertirlo y había posibilidades de ir a Colón, a Independiente y apareció Godoy Cruz. Entonces yo le había dado las palabras a Mario Contreras, que era el presidente en ese momento, de que si no me querían en Vélez, que iba a volver a Godoy Cruz. Y fue así. Un día Ricardo me dice que había salido un préstamo y que él creía que era lo mejor porque en ese semestre que había tenido la lesión la gente se la había agarrado un poco conmigo y que por ahí iba a ser bueno que yo levante otra vez la confianza en un club dónde tenía mucha espalda.
.¿Cómo fue el cambio tras la salida de Asad para la llegada de Palermo?
-Y no fue buena, porque nosotros con el Turco tuvimos un 2010 muy bueno. No sé por qué lo dejaron ir al Turco en el 2010. Esa era la pregunta. El Turco entendía todo. Entendía lo que éramos nosotros dentro y fuera de la cancha. Motivador. Nos había metido en la Copa Libertadores por primera vez en la historia del club. Y de repente lo echan. Eso es lo que no entiendo, lo que nunca entendimos nosotros. Después en 2012, las cosas no salieron bien y se tuvo que ir y llegó Martín. Por más que Martín no había dirigido nada, uno pensaba que con la carrera que había hecho como futbolista, con la ayuda de la gente que tenía al lado le iba a ir bien y nosotros íbamos a intentar ayudarlo. Le costó un poco al principio, algo lógico, como nos pasó a todos, después terminó haciendo las cosas bien y hoy sigue dirigiendo. Es un técnico que en algún momento va terminar dirigiendo Boca cuando no esté el presidente que está.
El ascenso con Colón y el conflicto con Mostaza Merlo
Luego de su tercera etapa en Mendoza, Ramírez tuvo que regresar a Vélez pero no se quedó allí. Primero tuvo un paso por Millonarios de Colombia, donde se rompió los ligamentos cruzados. Después, llegó a Colón de Santa Fe para jugar en la B Nacional.
“Llegué a Colón, me llamó Diego Osella y yo estaba terminando la rehabilitación de la rodilla. Hice la revisión médica y llegué medio casi sobre la hora del comienzo del torneo. Jugué poquito y nada con Diego, después Diego renunció, viene Mostaza y ese semestre no jugué ni un partido titular. Y jugué algunos que entré desde el banco. Y en ese último partido entré en el segundo tiempo y metí dos goles. Ganamos 3-0 y ascendimos. Una locura”, recordó.
David Ramírez celebra su gol para el ascenso de Colón.
.¿Cómo viviste ese ascenso después de todo lo que pasaste?
-La verdad me emocioné después del primer gol que hice porque no lo había pasado bien. Muchos golpes que me había dado el fútbol y de no jugar, de tener problemas con un técnico que no me quería. Entonces haber entrado y encima habíamos tenido una semana difícil, habían ido a visitarnos los hinchas, porque si no se ganaba no se ascendía y se pudría todo. Así que cuando hice el gol la verdad que fue muy emocionante porque fue un desahogo y después cuando hice el otro, fue una tranquilidad, la gente se metió dentro de la cancha y se suspendió. Fue lindo todo el marco, el estadio lleno, la lluvia de fondo.
–¿Cómo fue el problema con Mostaza?
-El problema que tuve con Mostaza me cerró algunas puertas porque algunos me tildaron de problemático con los técnicos y lo que pasó ahí fue un boludeo a un jugador que ya era grande y a mí los boludeos no me iban. Yo fui suplente en un montón de clubes, pero boludo no, así que no me gustó y por eso fue el problema.
Después del ascenso con Colón, y debido al problema con Mostaza Merlo, Ramírez intentó volver a Godoy Cruz. Si bien al principio no lo logró, él mismo gestionó con el entrenador Sebastián Méndez y con los dirigentes para regresar a Mendoza.
–¿Decidiste volver a Godoy Cruz después del ascenso?
-Cuando ascendimos a Colón yo me quería ir de ahí porque sabía que el técnico no me quería. Mi representante hizo la cómoda, dejó que me quedé ahí porque tenía un año más de contrato. Yo estaba más tranquilo porque esos goles me respaldaron con la gente y tuve seis meses con Javier López como técnico y después lo echan a Javier y Darío Franco, me dice que no me va tener en cuenta y no consigo nada para irme y me tuve que quedar seis meses clavado ahí sin hacer nada. Así que empecé a gestionar yo mismo para volver a Godoy Cruz.
–¿Cómo fue la gestión?
-Tuve que hablar con el Gallego Méndez, era el nuevo técnico, para explicarle qué era lo que había pasado con Mostaza porque él pensaba que yo llegaba con la espalda que tenía ahí en Godoy Cruz. Le dije lo que pasó, se puso de mi lado porque él tampoco se hubiera bancado lo que yo me banqué. Yo le dije, lo único que quiero es retirarme. Si vos me ves bien y me querés poner, poneme. Si no me querés poner, no me pongas. Yo no le voy a romper los huevos para nada. Y me dijo, bueno, David, arreglá tu parte y venite. Así que hablé con la otra parte, que me dio un sándwich y una coca y yo tuve que aceptarlo. Lo acepté porque yo quería retirarme ahí.
–¿Por qué no pudiste retirarte en Godoy Cruz?
-Había firmado por un año y medio y a los seis meses, cuando sin romper las bolas para nada, manejando el grupo, ayudándolo al Gallego, cobrando un pancho y una coca, parece que era mucho el pancho y la coca, entonces el presidente me dijo que no llegaba a pagar un pancho y la coca, así que no me pude retirar en Godoy Cruz y me volví a mi casa a Ramallo y acá me hicieron jugar este último año en el Federal en el club donde yo inicié.
-¿Qué significó darle el cierre a tu carrera en el lugar donde naciste?
-Fue lindo después de 20 años volver a acá en mi ciudad. Sabía lo que me iba encontrar, tema viajes, las limitaciones de un club, canchas y todo eso, pero fue lindo. Lo disfruté porque estaba acá, iba a entrenar. Lo disfruté todo lo que pude, ya era mi último paso y fue lindo. Pero me hubiera gustado retirarme en cancha en un club donde la gente siempre me quiso.
Su experiencia como DT y el nuevo rol como representante
Una vez consumado el retiro, Ramírez se recibió como entrenador y realizó sus primeros pasos en los torneos federales, aunque después de estar seis meses sin trabajo tuvo un cambio en su carrera para comenzar a trabajar como representante.
–¿En algún momento, siendo técnico, golpeaste la puerta para trabajar inferiores, para estar de vuelta allá?
-Sí, pero me dejaron los tildes color azul. Me clavaron el visto dos veces en años diferentes, entonces no insistí más. Me cerraron las puertas, no sé por qué. Después, cuando yo ya sabía que no había chance de volver no me cuidé con las cosas que tuve que decir, las cosas que yo pensaba, las cosas buenas y malas porque también esta dirigencia ha hecho cosas buenas también. No lo niego, siempre lo dije. En el 2022 yo estuve allá en Mendoza dirigiendo Gutiérrez, fui a ver un par de partidos y ni siquiera tenía entradas para ir a ver al equipo.
-¿Cómo decidiste ser representante?
-Es difícil entrar en el ruedo como técnico y como no me salió otra posibilidad, me ofrecieron meterme en una empresa de representación y estoy con eso ahora, pero siempre ligado al fútbol. Se hacía difícil conseguir club, me habían ofrecido en muchos lados, pero por el tema de no tener experiencia y de que algunos clubes querían que llegase con sponsors fue medio complicado. Voy a tratar de llegarle al jugador, de decirle lo que mí me hubiese gustado que me digan cuando jugaba y no me lo han dicho.
La particularidad de su apodo
Más allá de que es reconocido como el ‘Mago‘, a David Ramírez nunca le gustó ese apodo. A lo largo de su carrera, el talentoso mediocampista ofensivo tuvo distintos sobrenombres. “Después ya como que me resigné, pero nunca me gustó”, contó.
–A pesar de que te conocen por el Mago, nunca te gustó ese apodo…
-No, no me gusta. Nunca me gustó. Después ya como que me resigné, pero nunca me gustó. Nació en la televisión pública, en 2010, uno de los relatores dijo una vez Mago y empezó a decirme Mago y después los pibes en el club me empezaron a decir Mago y yo le decía no no mago no Gato, Gato y quedó lo de Mago pero no nunca me gustó.
–¿Por qué tu anterior apodo era Gato Rojo?
-Ese apodo estaba bueno, ja. Fue un invento del Tano Riggio, un ex compañero que tuve en en Olimpo. Me veía llegar en un plantel donde eran todos jugadores de primera y como yo venía del ascenso, me cambiaba, me quedaba calladito, quieto. En el comienzo del entrenamiento no hablaba con nadie, no me relacionaba mucho. Entonces un día el Tano, que era todo lo contrario, dijo este es gato rojo, porque es más raro que perro verde. Ahí todos me empezaron a decir Gato Rojo. Y me lo llevé para todos lados porque me gustó. Cuando me preguntaban yo le decía que mi apodo era Gato Rojo. Cuando estuve en España cuando me preguntaron, lo expliqué también y mis compañeros me decían Gatillo. Y quedó ahí. Quedó hasta que me empezaron a decir Mago.
–Antes tuviste otros apodos particulares…
-En Italiano me decía Mudo. Fueron tres años de Mudo. El Negro Barros, un compañero brasileño que le pegaba hasta la madre cuando pasaba por al lado me decía mudo, ja. Y en Ferro me decían sordo. Campestrini me puso sordo porque una vez me hicieron una punción en el oído, En el fútbol es así, siempre te van a bautizar con algo, no te dejan pasar nada.
