De un estadio Defensores de Chaco repleto, que recuerda como uno de los marcos más imponentes en los que le tocó salir a jugar por competencias internacionales, al espacio reducido del vestuario en cancha de Lamadrid cuando militó la Primera C. La carrera de Víctor Piriz Alves, quien supo ser una pesadilla para River en su paso por la B Nacional, está repleta de contrastes de los que nunca renegó.
No hizo divisiones inferiores, porque en Artigas al fútbol jugó para representar a la escuela con la que fue campeón nacional. Pero dejó de estudiar a los 14 años para ponerse a trabajar con su padre y retomó recién a los 17. “En el mismo año tuve tres oportunidades: Me fui a jugar a Baltasar Brun y de ahí me llevaron a probar a Inter de Porto Alegre. Pero me volví a Wanderers de Artigas porque ofrecieron pagarme un sueldo”, recordó el exdelantero uruguayo sobre sus inicios en diálogo con Bolavip.
Su llegada al fútbol argentino, donde hizo larga carrera, se dio tras estrenarse en Primera División con Tacuarembó, donde solo llegó a disputar ocho partidos antes que, un poco por casualidad y en gran parte por propio mérito, lo compró Talleres de Córdoba. “Debuté jugando 20 minutos y al siguiente partido ya estaba de titular. En un partido contra Nacional, hice dos goles y di el pase para el tercero. En el mismo vestuario me compraron”, relató.
Y explicó: “Yo digo que siempre hay alguien que te puede estar mirando, porque ellos habían ido a ver a un jugador de Nacional, pero me terminaron llevando a mí. Me vinieron a saludar, me dijeron que me querían conocer y el negocio ya estaba hecho. Me acuerdo que se pagó un dinero para todo el plantel y estaban todos re contentos. Al otro día viajé a Córdoba y empezó mi historia en el fútbol argentino“.

Entre Osorio y Píriz Alves aportaron 18 goles a Talleres en el Clausura 2004.
En la T conformó una temible dupla goleadora con Aldo Osorio que llevó al equipo a quedarse con el tercer puesto en el Clausura 2004. Sin embargo, el promedio por malas campañas anteriores lo había dejado tan ahogado que incluso después de sumar 13 puntos sobre 15 posibles en las últimas cinco fechas, terminó jugando una promoción que perdió ante Argentinos Juniors, sufriendo el descenso a la B Nacional.
Pese a la decepción colectiva, su gran producción individual le valió numerosas propuestas para no tener que jugar en Segunda División. Píriz Alves reconoció que no tomó la mejor decisión en aquel momento. “En mi mejor momento en Talleres, cuando fui goleador con Aldo Osorio, tuve la oportunidad de ira Boca. Tuve charlas con los mejores equipos, por el campeonato que había hecho. Me terminé yendo a Turquía y el pase allá se cayó por un tema de representación“, explicó.
“Estuve entrenando en Independiente y me fui a Argentinos Juniors cuando el libro de pases había cerrado. Todo por cosas de representación que no salieron como uno quería. Suele pasar. Terminé yendo a lugares en los que también estaba a gusto, pero que tal vez no eran los que había buscado“, agregó.
La experiencia adquirida, que hoy intenta transmitir a sus dirigidos como entrenador de la Reserva de Tristán Suárez y responsable del Centro de Alto Rendimiento Píriz Alvez (CARPA) que funciona como filial de Talleres de Córdoba en San Justo, lo llevó a tomar la determinación de ya nunca más trabajar con un representante.
“No firmé más con ninguno. Me representaba mi trabajo. Yo sabía que tenía que andar bien y demostrar adentro de una cancha. Hoy entiendo que te abren muchas puertas, manejan mucha gente, incluso equipos. Pero no todos hacen las cosas bien. Cuando yo arrancaba en Talleres estaba bárbaro, porque venía del fútbol amateur. Y al segundo año estaba viajando a Europa. Fue todo rápido y me faltaba conocimiento. Fui aprendiendo con la experiencia, escuchando a jugadores como Chicho Serna, gente que ha tenido una carrera importante. Cuando me decían que no me apurara, tenían razón”, remarcó.
En opinión de Píriz Alves, tan fácil es encontrar acompañamiento en los buenos momentos de la carrera de un futbolista como perderlo cuando las cosas no salen como se espera: “Uno se deja llevar por las opciones que te acerca un representante, te llenan la cabeza, pero no pasa por ahí. El jugador de fútbol después está solo. Y cuando necesitás ayuda no están. Como lo que pasó con el Morro (García). Gente que necesitó ayuda, porque no somos robots, y no la tuvo. El jugador de fútbol sufre. Ahí es donde necesita el apoyo del representante, de los propios clubes, para que te den una mano, para ayudarte a salir adelante. Pero hay mucho egoísmo. El fútbol solo necesita lo bueno del jugador”.
Como futbolista capaz de autogestionarse, Píriz Alvez jugó Copa Libertadores con Banfield en 2005 y marcó ante Caracas el primer gol en la historia del club en la competencia. Tuvo un segundo paso por Talleres y se generó oportunidades tanto en México, donde defendió las camisetas de San Luis, Necaxa y Tijuana; como en Perú con un gigante como Universitario de Deportes. Casi cumplida su primera década como futbolista profesional, regresó a Argentina para jugar en Defensa y Justicia un Torneo Nacional B por demás especial, pues contaba con la histórica presencia de River Plate, descendido en 2011.

Píriz Alves le marcó un doblete a River en el Nacional B.
“Fue un torneo muy especial. Todas las miradas estaban puestas en el partido que jugara River. Por el entorno, por lo que significaba su paso por esa categoría. Desde el día uno se sabía que era el equipo que aspiraba a ascender, a ganar el campeonato. Uno salía a ganarle al campeón, a un equipo que tenía una jerarquía tremenda. Sabíamos que todos estaban mirando. Los de River, pero también los otros”, explicó.
El Millonario no pudo imponerse al Halcón en ninguno de los dos enfrentamientos y Píriz Alves a replicar un doblete que ya le había marcado con Talleres años atrás, en Primera División. “Jugamos en cancha de San Lorenzo, porque estaba suspendido el Monumental. Empatamos 2-2 y metí los dos goles. Siempre me fue bien con River. Después empatamos 3-3 en La Plata (Defensa y Justicia fue local). No pude hacer goles pero jugué tremendo partido. No nos pudieron ganar”, recordó el uruguayo.
Píriz Alves y los contrastes
De las Copas Libertadores que jugó con Banfield y Universitario, pasando por la Copa Sudamericana que disputó con San Luis cuando los equipos mexicanos todavía participaban de los torneos CONMEBOL, a lo más profundo del ascenso argentino. Víctor Píriz Alves militó el Torneo Argentino A con Brown de Puerto Madryn, la Primera B Metropolitana con Barracas Central e incluso la Primera C con Deportivo Armenio antes del retiro con ascenso consumado.

El uruguayo jugó el Torneo Argentino A con Brown de Puerto Madryn.
“Nunca tuve problema con los contrastes. Esas son excusas. Hay que asumir donde uno juega, tener siempre un panorama de dónde vas a ir, dónde vas a pisar, con quién te vas a juntar. Hoy me toca transmitírselo a mis jugadores, porque yo ya hice ese camino. Las excusas no sirven para nada. Hay que asumir cada responsabilidad, cada oportunidad y darle para adelante. Mostrar el jugador que querés ser el día de mañana. Es una carrera que requiere de mucha fortaleza mental, de constancia. Yo pasé por todas las categorías (menos Primera D) y a donde iba sabía con lo que me iba a encontrar. Pasé momentos buenos y también viví las otras. Pero siempre hice lo que me gustaba. Podían cambiar las comodidades, las canchas, pero la pelota siempre es la misma“, explicó el uruguayo.
Su carrera como entrenador
Tras conseguir con Deportivo Armenio el ascenso a la Primera B Metropolitana y decidir poner fin a su carrera como futbolista, Victor Píriz Alves recibió la invitación para dirigirlo en Reserva. La pandemia de COVID-19 lo llevó de regreso a Uruguay y cuando se reactivó la actividad volvió a Argentina para dirigir al equipo de Primera División.
Luego de abrir su propio Centro de Alto Rendimiento, donde da mucha importancia al trabajo con juveniles, fue convocado a dirigir la Reserva de Tristán Suárez, donde ya va por su segundo año. Y consultado sobre lo que le gustaría que le depare esa incipiente carrera como DT, el uruguayo mostró que respeta los mismos principios que guiaron su carrera como futbolista.
“Yo vivo el momento, aprovecho las oportunidades. Sigo pensando como un jugador de fútbol, ahora del otro lado de la línea. Uno busca estar donde le brinden lo que uno quiere, sin pensar en una camiseta. Es trabajo. Me tocó como jugador. Cando veía la mejor opción, analizaba todo y le daba para adelante. Hoy soy igual. Es importante tener trabajo”.

ver también
Debutó con Passarella, jugó en la B con River y ahora brilla en el Ascenso: "Me tendría que haber quedado"

ver también
Mauro Laspada, íntimo: el recuerdo de Olimpo, la cultura del "ser rústico" y su experiencia mística con Maradona







