Seguramente la mayoría reaccionó como nosotros. Jorginho ejecutó el último penal de la serie ante España y no nos quedó otra alternativa que agarrarnos la cabeza de la emoción.

Pasa que el brasileño del Chelsea demostró no saber lo que es el miedo, los nervios, ni nada de eso. Ejecutó como si estuviese jugando con sus compañeros del colegio en el patio. 

Tranquilo se acercó al balón, frenó y con un amague acomodó la pelota contra el palo para que todo un país festeje: final de la Eurocopa ante Inglaterra o Dinamarca, según como salga mañana el encuentro.

En los 90 minutos fue 1-1, llegando las emociones en el complemento: primero Federico Chiesa abrió el marcador para que luego Álvaro Morata siga con su buena racha goleadora y empate a nada del final.

El duelo definitivo será el próximo domingo en el imponente Wembley.