La jornada de ayer dejó otra página oscura en los libros del fútbol argentino. Solo pudieron jugarse 9 minutos del Gimnasia-Boca debido a los incidentes entre hinchas y policías, que comenzaron afuera y terminaron afectando a todos los que estaban en el estadio. Una tragedia que dejó a un simpatizante fallecido.

Las imágenes eran desesperantes. Los balazos se escuchaban, el gas lacrimógeno afectaba a todos los presentes en el Bosque y lo más difícil era ver a los hinchas desesperados en su intento por salir. La gente no podía respirar, pero la puerta estaba cerrada.

Hombres, mujeres y niños gritando lo mismo: "¡Abrí la puerta!". Personas de rodillas, tosiendo, tapándose la cara, pidiendo ayuda, buscando agua o algo que las ayude a bajar el ardor y poder respirar. Las imágenes hablan por sí solas.

Pasaron los minutos y todo terminó como se vio en la transmisión: casi todos los que estaban en la tribuna terminaron en el campo de juego.