El mejor regalo para fin de año lo tienen los hinchas de Barracas Central. Después de cuatro años, el conjunto dirigido por Rodolfo De Paoli regresó a la máxima categoría del fútbol argentino tras ganarle la final del Reducido a Quilmes en la cancha de Racing.

Fue un trayecto muy largo el que tuvieron que transitar ambos equipos para llegar a la definición por el ascenso a la Liga Profesional, pero las viejas historias que vivieron las dejaron muy atrás para poder brindar un gran espectáculo en la ciudad de Avellaneda.

Quilmes, apoyado por una multitud, salió muy decidido a llevarse por delante al Guapo, pero no logró conseguir su objetivo. El partido fue muy disputado y con situaciones claras para ambos equipos. De hecho, en la primera etapa le anularon un gol al Cervecero por offside, mientras que a los dirigidos por Rodolfo De Paoli tuvieron una situación muy clara que dio en el travesaño.

En los primeros 45 minutos, hubo una gran polémica por la salida del arquero de Quilmes, Rodrigo Saracho, quien golpeó en la espalda con su rodilla al atacante Mauro Albertengo, dentro del área, y el árbitro Darío Herrera no sancionó infracción en favor de Barracas Central. De hecho, antes del golpe del arquero, el zaguero Agustín García Basso había empujado al ariete.

Ya en la segunda etapa, el partido continuó con su mismo curso, aunque los equipos estuvieron más temerosos y trataron de evitar cualquier tipo de error que los pusiera en jaque. Si bien faltaron las emociones, lo que sí se hizo presente en el estadio Presidente Perón fue la fricción y la pierna fuerte, aunque en líneas generales fue un flojo partido.

El partido se definió desde los doce pasos, donde Barracas Central tuvo al verdadero superhéroe de la noche: Fernando Valenzuela. El enganche del Guapo definió la serie después de que Rafael Barrios fallara el último disparo de la serie y le dejó el ascenso servido en bandeja al ex futbolista de Racing, quien remató con muchísima calidad y consiguió el premio a la Liga Profesional.