Sin dudas, uno de los entrenadores más polémicos en los últimos tiempos en el fútbol argentino fue Jorge Sampaoli. No estrictamente por un club de la liga nacional, sino por la Selección, donde tuvo un mal paso con un Mundial incluido, en el cual Argentina pegó la vuelta en octavos de final y se vivía un aire de vestuario y relación rota entre jugadores y entrenador.
Muchos de los protagonistas de ese equipo afirmaron que no tenía el mejor de los tratos y por eso, Sampaoli suele ser un personaje no muy querido en nuestro país. Y esta mañana, gracias a la sección en el diario La Nación de Diego Borinsky de “Las 100×100”, una nueva voz dio descripciones de primera mano de cómo es el actual entrenador del Marsella como persona.
El nombre en cuestión es Juan Amador Sánchez, un hombre de extensísimo recorrido por el fútbol argentino. En su etapa de jugador, vistió las camisetas de Boca (1986-1987) y la de River (1990-1992) entre tantas otros equipos en los que jugó durante las décadas del ’80 y el ’90.
Además, dirigió una gran cantidad de clubes, siendo Platense el último y donde ahora se encarga de ser el manager del equipo de Vicente López. Sin embargo, su historia con Sampaoli se remonta al 2006, cuando ambos dirigían en la liga de Perú.
Cuando Diego Borinsky le preguntó: “Sos un tipo muy querido en el ambiente, hablás bien de todos. ¿Hay algún protagonista del fútbol al que no te banques?“, la respuesta de Sánchez fue fulminante: “Sí, a Sampaoli. Cuando dirigía a Universitario, en Perú, se decía que si no me iba bien con Melgar podía rodar mi cabeza y Sampaoli tuvo la mala suerte de llamar a un representante que me conocía. ‘Ustedes los argentinos son bravos, eh, se pisan el poncho. Me está llamado Sampaoli que quiere ir a la U’, me contó. Corté y lo llamé a Sampaoli, lo cagué a puteadas y le dije que si me lo cruzaba lo iba a cagar a trompadas.
Además, le consultó si se lo había cruzado alguna vez después de ese incidente, y la respuesta del manager de Platense fue: “No, me hubiese encantado cruzármelo. Cuando fue entrenador de la selección quise entrar al predio de la AFA, hablé con su jefe de prensa, pero no me dejaron. Obviamente no me hubiera agarrado a trompadas en el predio pero me hubiera encantado preguntarle por qué, si se la pasan hablando de ética, tuvo esa actitud”. Clarito.