“Yo entraba y ya todos pensaban que tenía que hacer uno o dos goles en Primera por todo lo que había hecho en Inferiores y no es así”.
Las palabras salen de la boca de Federico Andrada, que hizo más de 140 goles en las Divisiones Inferiores de River, pasó por el fútbol francés tras una charla honesta con Marcelo Gallardo, aprendió mucho en Italia, en Fernando Gago encontró un entrenador que lo marcó, brilló en Aldosivi, pasó por el curioso fútbol de Luxemburgo y actualmente está en Racing de Montevideo, gracias a un llamado de Fernando Cavenaghi.
En una entrevista exclusiva con BOLAVIP, el jugador de 30 años cuenta cómo fue sobrellevar la presión de ser el máximo goleador de las Inferiores de River, por qué salió tantas veces a préstamo, lo duro que fue pasar por el fútbol ecuatoriano en medio de una crisis social y también brindó su opinión sobre las sociedades anónimas en el fútbol.
-¿Cuál es tu primer recuerdo con una pelota de fútbol?
-Empecé a jugar desde que nací prácticamente. Mi hermano más grande es tres años y medio mayor que yo y él ya estaba con la pelota y a mí me encantaba. En ese momento no había tanta tecnología como hoy y la pelota era mi juguete preferido. Después de chico jugué al baby en Drysdale, ahí en Carapachay. Hice todo el baby ahí hasta que, a los siete años, el papá de Erik Lamela -José Lamela- que es del barrio me vio y le dijo a mi viejo que ya tenía edad para probarme en River y no lo dudamos. Me acuerdo que con siete años empecé en las Infantiles de River y tenía que jugar con una categoría más grande porque en ese momento todavía no estaba mi categoría. Me acuerdo que me fue a probar de cinco, pero como había muchos que estaban para ese puesto al final también levanté cuando preguntó por el 9 y ahí fue que empecé como delantero.
Fede Andrada, siempre con una pelota. (Foto: @fedeandrada22).
-¿Cómo fue tu paso por Inferiores?
-Hice todas las Infantiles en River, también a los 10 años empecé a jugar en Parque Chas, que ahí aprendí mucho y lo tuve a Gabriel Rodríguez. Después ya subí a las Inferiores, hice todo el camino, inclusive fui a la escuela de River y me acuerdo que a los 15 años me suben a Reserva y a los 16 a entrenar con el plantel de Primera.
-¿Cómo era la competencia en Inferiores?
-River es lo mejor que hay en Argentina a nivel escuela. Te enseñan a nivel técnico como nadie. Yo tengo la teoría del que llega a la Primera de River habiéndose formado en el club es porque es bueno. Cada año en Inferiores van trayendo jugadores y uno va pasando filtros y esa competencia hace que lleguen los mejores a Primera.
-¿Cómo definís la filosofía River?
-La mejor manera de definirlo es contándote cómo jugábamos. En Inferiores, todas las categorías jugaban con enganche. Hoy el fútbol cambió y no hay tantos, pero nosotros siempre jugábamos 4-3-1-2 y ese enganche era el que manejaba los hilos. Me acuerdo que en la 93 estaba Lanzini, en la 92 estaba Erik Lamela y cada categoría tenía uno así. Había jugadores buenos de verdad, de mucha categoría. La mentalidad era ganadora y también que se le daba mucha importancia al juego, que eso es lo fundamental.
Andrada y el sentido de pertenencia. (Foto: @fedeandrada22).
A comienzos de 2012, River se encontraba por afrontar la segunda parte del torneo de la B Nacional y Matías Almeyda era el entrenador del equipo. Para la pretemporada de verano decidió subir a Federico Andrada para que la haga con el plantel de Primera.
-¿Qué se te pasó por la cabeza cuando te llamaron para hacer la primera pretemporada en Primera?
-Yo lo estaba buscando, esa es la realidad. Yo estaba en la Sub 17 y ya se venía hablando de mí en las Inferiores de River, estaba haciendo muchos goles. Me falta ese paso y a comienzos de 2012 me llamó Matías Almeyda y esa fue la primera. Ahí arranqué con perfil bajo, como todos los chicos. Me acuerdo que estaba Cavenaghi, Trezeguet, el Chori Domínguez y me acuerdo que yo trataba de aprender de todos. Me acuerdo que nos subieron a esa pretemporada a mí y al Colo Kranevitter. Es algo que no me lo voy a olvidar nunca más la verdad.
-River no la pasaba bien, estaba en la B y tu debut en Primera estaba al caer, ¿cómo viviste esa situación?
-Con el diario del lunes lo que te puedo decir es que me hubiese gustado tener 16 o 17 años en el River de hoy, en 2024, porque yo era muy nombrado por lo que había hecho en Inferiores. Mostraban los resúmenes de Reserva y salía yo, la gente tenía la vara puesta en mí, entonces había algo más de presión. Con 30 años te digo que las cosas no estaban dadas para que un chico de 17 años sea como el salvador.
-¿Sentiste presión cuando llegaste a Primera por los goles que habías hecho en Inferiores?
-Sí, sentí presión porque los ojos estaban todos puestos en mí. Yo me sentía capacitado para hacer goles, si bien yo era chico y sentí una presión extra, pero me sentía bien, ni me influía a la hora de jugar. Lo que me faltó fue la banca del club. Era una de las promesas, entonces sentí que no me llevaron como me tendrían que haber llevado. Me tiraron a la cancha y en ese momento, en el que yo empiezo a jugar, el club no estaba en el mejor momento como institución. Yo entraba y ya todos pensaban que tenía que hacer uno o dos goles en Primera por todo lo que había hecho en Inferiores y no es así. A muchos jugadores se le dio el tiempo de adaptación y después la terminaron rompiendo, pero conmigo no fue así. Y yo era en ese momento un nombre importante para lo que era River como una promesa.
Andrada disputó 20 partidos con la camiseta de River. (Foto: IMAGO).
-¿Qué crees que falló?
-Creo que pensar que un pibe de 17 años va a ser el salvador no es lo ideal. Seguramente decían ´pónganlo, que haga goles y lo vendemos por mucha plata´, y la verdad es que todo jugador necesita un periodo de adaptación. Inclusive físico, yo en ese momento pesaba ocho kilos menos que ahora y sigo siendo la misma persona. Me apuraron y peor en ese contexto. Es lo que tocó, yo en ese momento no estaba preparado al 100%, si hubiese sido hoy, seguramente hubiese tenido un psicólogo, un coach deportivo que te ayude a llevar la presión. El haber tenido ese título de máximo goleador de Inferiores hacía que River no me suelte, entonces yo me iba a préstamo, volvía, no me tenían en cuenta y me tenía que volver a ir. Entonces yo necesitaba jugar y estabilidad.
A mediados de 2014 llegó Marcelo Gallardo a River y Federico Andrada decidió aceptar una propuesta del Metz de la Primera División de Francia.
-¿Cómo fue la charla con Gallardo antes de irte a préstamo a Francia?
-Me acuerdo que hablé con Marcelo porque yo en ese momento no venía jugando mucho y yo ya tenía 19 años y estaba por cumplir 20. Con esa edad yo quería jugar, entonces le digo a Marcelo que me llegó una propuesta de Francia, de un equipo importante de Primera, para poder agarrar ritmo, competencia y él me dijo ´Mirá, eso depende de lo que quieras vos´. Ahí me dijo que no iba a tener mucha participación y entonces decidí irme a préstamo un año. Nunca lo voy a saber porque no lo hablé con él, pero capaz hubiese pretendido que yo le diga que me quedaba a pelear por un puesto. Al año volví más fuerte, con más experiencia, pero tampoco tuve lugar. En ese momento el equipo estaba más armado igual.
Federico Andrada en River. (Foto: IMAGO).
-¿Te costó salir de River?
-Yo creo que me tenía que ir, no podía estar más tiempo sin jugar. Cuando tenés 20 años querés jugar y tener un ritmo de Primera División. Eso le pasa a un montón de jugadores. No sentí eso de haberme ido y empezar de cero. Es más, mi carrera, después de eso, fue un año en un club, dos en otro, pero obviamente me hubiese gustado diez años en River e irme a los 27 años. Lamentablemente no fue así porque el fútbol tiene esas cosas.
Tras pasar a préstamo por Metz, Rafaela, Quilmes y Vélez, en 2018 llegó al Bari, que compró su pase. Allí tuvo como entrenador a un campeón del mundo con la Selección de Italia en 2006.
-¿Cómo fue tu experiencia en Bari?
-Aprendí un montón. Ahí lo tuve a Fabio Grosso, campeón del mundo con Italia, y aprendí demasiado. Es más, yo ya tengo el curso de entrenador hecho y todos los que me conocen me dicen que tengo que ser técnico cuando termine mi carrera porque jugué en lugares importantes y tuve muy buenos entrenadores. En Italia era un fútbol nuevo, canchas espectaculares, en el sur de Italia -donde está Bari- es muy parecido a Argentina como se vive el fútbol y era una locura la cancha. Ahí aprendí mucho de táctica, hay más espacios que en el argentino. Fue muy productivo mi paso por Bari.
El atacante jugó durante seis meses en Bari de Italia. (Foto: @fedeandrada22).
Luego de un breve paso por Unión, Federico Andrada llegó a Aldosivi de Mar del Plata en 2019 y allí mostró una gran versión.
-¿Creés que tu paso por Aldosivi fue importante para que en Argentina se pueda ver tu verdadero nivel?
-En Aldosivi me sentí libre. Jugaba de 9, también por afuera, creo que ayudaba mucho al equipo. Cuando uno juega, empieza a agarrar minutos es cuando tiene la confianza necesaria. Yo en Aldosivi lo tuve a Gago y él me dijo que iba a ser el 9, el jugador de él y que el equipo iba a trabajar para que yo tenga situaciones. Entonces, como yo confío en mis condiciones, es todo mucho más fácil. Hice pie en un club donde me trataron muy bien, hice muchos goles, me fue muy bien y realcé mi carrera nuevamente.
Andrada ante River en el 2019. (Foto: Getty).
-¿Qué me podés decir de Gago como entrenador?
-Para mí fue un entrenador que me marcó, por los conceptos que él tiene como entrenador y lo que te exige como equipo y en lo personal. Te dabas cuenta que lo que él te decía en la semana, después se daba en la cancha. Los rivales no nos querían venir a presionar, nos tenían mucho respeto. Nosotros éramos Aldosivi y me acuerdo que fuimos a la cancha de Racing y les jugamos de igual a igual. Empatamos 2 a 2, pero lo que me acuerdo era estar en la cancha y ver cómo el que manejaba la pelota era Aldosivi y eso era por el estilo que proponía Fernando. Tenía concepto europeo, mentalidad ganadora y aprendí mucho de él.
Entre 2022 y 2023, Federico Andrada vistió las camisetas de Atlético Tucumán, Deportes La Serena, Real Unión de España y la de Universidad Católica de Ecuador. Mientras jugó en el elenco ecuatoriano, en el país se vivieron jornadas dramáticas en cuanto a lo social.
-¿Cómo fue tu experiencia en Ecuador, la pasaste mal a nivel social?
-Futbolísticamente, Ecuador está creciendo mucho. Tiene grandes equipos como la Liga de Quito o Independiente del Valle, pero cuando yo estuve había muchos problemas con el narcotráfico y sí, no estuvo bueno. En lo personal no me pasó nada a mí, pero te cuento una anécdota, a un compañero lo pararon en la calle y le hicieron sacar la remera para ver si tenía el tatuaje de algunas de las bandas narcos. Como no lo tenía siguió de largo, pero esas cosas se vivieron cuando yo estuve allá y por eso también fue que decidí salir de Ecuador, porque yo ya tengo una familia y no quería estar en ese contexto.
Fede Andrada en la U Católica de Ecuador. (Foto: @fedeandrada22).
Luego de su paso por la Universidad Católica de Ecuador, el delantero llegó al fútbol de Luxemburgo para jugar en Differdange 03.
-¿Cómo llegas al fútbol de Luxemburgo, qué me podés contar del país?
-Un amigo mío que es representante me llevó. El técnico que me dirigió ahí me conocía porque me cruzó cuando yo jugaba en Bari y él estaba en otro equipo italiano. Me llegó el llamado y no lo dudé. La realidad es que fui porque el equipo en el que jugué había sido campeón y todos los campeones de los países de ese estilo juegan la pre-Champions League y yo quería vivir eso. Al final terminé jugando la Champions, la Europa League y la Conference. Solamente fui por eso la verdad y estuvo muy bueno, la pasé muy bien. Sabía que iba por seis meses y a jugar la Champions y me volvía porque la liga de Luxemburgo no era buena vidriera para mí ni me carrera, por eso también fui sin la familia. Del país te puedo decir que era una locura, todo perfecto. Me acuerdo que tenía auto, pero funciona tan bien todo lo público que me manejaba en colectivo porque era espectacular y así con todo. Fue una muy linda experiencia.
Andrada no llegó a jugar por la liga local, sino solamente lo hizo por competencias internacionales con Differdange de Luxemburgo. (Foto: IMAGO).
Luego de un segundo ciclo por Aldosivi, a mediados de 2024, Andrada llega a Racing de Montevideo.
-¿Cuánto tuvo que ver Cavenaghi para que llegues a Racing de Uruguay?
-Tiene que ver todo. Fer para mí era mi ídolo de la infancia. Llegué a River en 2001 y él estaba debutando y después hizo todo lo que hizo. Siempre lo tuve arriba. Dio la casualidad que él es presidente y director deportivo de Racing de Montevideo y me llamó. Yo tenía otras propuestas interesantes, pero cuando me llamó Fer no lo dudé porque me llamó él. Además, el fútbol uruguayo está creciendo un montón, a Racing lo compró el Bayern Múnich, también tiene que ver Los Ángeles FC. Fer está detrás y hay muchas cosas interesantes como proyecto.
Andrada y el Cavegol. (Foto: @fedeandrada22).
-Racing es Montevideo es una SAD, ¿notás alguna diferencia como jugador en ese sentido?
-Yo creo que es mejor. La gente dice que no, pero si económicamente le sirve al club y futbolísticamente también, está perfecto. Si las grandes empresas quieren absorber una empresa es para hacerla crecer, no van a agarrarla para hundirla. Creo que en el fútbol argentino les vendría bien a muchos equipos porque hay clubes que no tienen la cantidad de hinchas para bancar lo básico. Es más, te cuento que acá en Racing se están haciendo obras para tener muchas mejoras en infraestructura, la verdad que estoy muy conforme.
Fede Andrada en Racing. (Foto: @fedeandrada22)
A lo largo de su carrera, la presión siempre estuvo presente. No es fácil tener 17 años y cargar con el peso de ser visto como un salvador y más de una institución como River. No fue sencillo destrabar eso, pero en Aldosivi encontró su lugar en el mundo y de la mano de Gago pudo demostrar sus condiciones. Andrada además es un aventurero del fútbol, no dudó a la hora de ir a jugar a Luxemburgo para cumplir un sueño y a sus 30 años encontró la madurez necesaria para ser un jugador mucho más completo y dejar de ser visto como aquel goleador histórico de las Inferiores de River. Costó, pero lo logró.
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