Lejos de los tiempos modernos en donde las grandes figuras del mundo juvenil rápidamente saltan a la fama por las redes sociales, en los nacientes 2000 solo unos privilegiados podían conocer a una chico que surgía desde Rosario. Un tal Lionel Messi.

Sin poder llegar a River por decisión de Newell’s, Barcelona se enteró de la situación del 10 cuándo este apenas tenía 13 años y se lo llevó directo para España. Una apuesta que cambió la historia del fútbol mundial un 17 de septiembre como hoy pero del 2000.

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Aterrizando en el aeropuerto El Prat, Lionel Messi y Jorge, su papá, llegaron a Barcelona para realizar una prueba en la que el Pulga deslumbraría a todos. El comienzo de una fabulosa historia que pudo tener un desarrollo totalmente diferente.

Ya saltando al 2004, tras el debut de aquel pibe argentino, ya llevaba 106 goles en 105 partidos en juveniles, con el primer equipo ante el Porto, desde la dirigencia del Barcelona se mostraban algo intranquilos porque su máxima promesa no despegaba.

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Barcelona buscó ceder a Messi para que gane minutos

Si bien rendía de gran manera en los entrenamientos, para junio del 2005 solamente había disputado 9 partidos con un gol ante Albacete. Números que llevaban a pensar que una cesión sería lo más correcto para que Eto’o o Ronaldinho no tapen su desarrollo.

Por este motivo se le planteó tanto a Lionel como a Jorge Messi la posibilidad de irse a préstamo por uno o dos años. Una propuesta que no gustaba siempre y cuándo no signifique que el argentino tenga que mudarse de la ciudad. Acá es donde casi se comete un error terrible.

Atentos a esta situación, desde Espanyol; clásico zonal de Barca, se movieron muy rápido y convencieron a todos de que tener a Lionel sería muy bueno para su crecimiento. Un préstamo que estuvo a nada de cerrarse y que cambiaría todo pero… ¿Qué fue lo que pasó?

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¿Por qué se cayó el pase de Messi a Espanyol?

A solo unos días de lo que sería la reunión definitiva para cerrar el acuerdo se jugó el Trofeo Joan Gamper en donde el rival sería Juventus. Para esta competencia, Frank Rijkaard decidió que Messi sea titular. Quería verlo al menos una vez más en acción.

Con una sabia decisión del holandés a su favor, Messi demostró en tan solo 10 minutos que no quería moverse del Barcelona. Desbordando por derecha y gambeteando a cuánto rival aparezca frente a él, el futuro máximo ídolo del club dejó a todos boquiabiertos. Por supuesto, Rijkaard lo dejó todo el partido y la ovación fue total.

Como se podrá imaginar, a cada minuto que pasaba mayor era la angustia del Espanyol. Vieron por TV como se escurría la posibilidad de contar con la máxima promesa que tenía el fútbol mundial. Por supuesto, Barcelona canceló cualquier tipo de acuerdo tras aquella Joan Gamper.

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Carlo Ancelotti pidió a Messi para la Juventus

La actuación de Messi sobre el campo de juego fue tan buena que, según confesó años más tarde, Carlo Ancellotti terminó de dirigir aquel encuentro y se comunicó inmediatamente con los directivos de Juventus para que compren al joven argentino a como dé lugar.

Ya la decisión había cambiado, Messi no se iría a ningún lado. Tras rechazar la oferta de la Vecchia Signora, desde el Culé comenzaron a darle más minutos al argentino y ya en la temporada 2005/06 sumó un total de 25 partidos con ocho goles y tres asistencias.

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De esta manera, la decisión de Frank Rijkaard de verlo una vez más, de tenerlo en cancha para que él pueda demostrar lo que sabe terminó cambiando la historia. Nadie puede imaginar qué hubiese pasado si Messi se vestía de Perico y no de Culé.