Cada vez que puede, Sergio Martínez remarca que el boxeo le cambió la vida. Su infancia fue difícil, no solo por las carencias económicas de su familia sino también por las situaciones de bullying y violencia que él mismo recordó más de una vez haber sufrido en el barrio y en la escuela. Recién a los 20 años se acercó al gimnasio y dos más tarde ya estaba haciendo su primer combate como profesional, en Ituzaingo.
Entre 1997 y 1999 hizo un total de 17 peleas en Argentina, de las que ganó 16 y salió empatado en la restante. Ganó así la oportunidad de pelear por primera vez en Estados Unidos, pero se volvió derrotado por Antonio Margarito a inicios del 2000, cayendo por nocaut técnico en el séptimo asalto en Las Vegas.
Lejos de rendirse, Martínez acumuló ocho peleas más en suelo argentino, salió victorioso de todas ellas y decidió irse a probar suerte a España, eyectado por “el corralito”, ya como campeón argentino de peso wélter. En Europa, no tardó en enamorar por estilo. A fuerza de victorias y grandes exhibiciones se ganó el mote de Maravilla, que tomó mayor trascendencia cuando en junio de 2003 derrotó a Richard Williams en Manchester para quedarse con el título mundial de peso super welter de la IBO.
El resto de la historia ya es más conocida. Fue campeón mundial de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo, realizó una defensa exitosa ante Julio César Chávez Jr que quedó en la historia y ganó la popularidad necesaria como para llenar la cancha de Vélez en 2013, cuando enfrentó y derrotó a Martin Murray pese a los problemas físicos que habían empezado a afectarlo y que un año más tarde lo obligaron a retirarse del combate ante Miguel Ángel Cotto en el Madison Square Garden, perdiendo el cinturón y tomando la decisión de dejar la actividad profesional hasta su regreso seis años más tarde.

Pero en una entrevista reciente concedida a Josep Pedrerol, Sergio Martínez reveló que antes de convertirse en Maravilla tuvo otros dos apodos que a la vez fueron reflejo de una realidad completamente diferente a la de sus años dorados como boxeador. “El apodo mío cuando tenía 20 años era El Raro o El Mudo. En el barrio yo era conocido por ser el raro y el mudo. Era un pibe muy tímido, muy raro, muy callado. No hablaba ni con mi familia“, recordó el excampeón mundial durante su participación en El Cafelito.
Y explicó: “De repente fui a hacer boxeo y a los dos días era otra persona. Mi cabeza se abrió, no sé cómo describirlo. Me dio solidez. Empecé a sentir que pisaba firme. Yo antes pensaba que pisaba clavos todo el tiempo. Me ayudó a creer en mí mismo”.
El récord profesional de Sergio Maravilla Martínez
A lo largo de su carrera como profesional, que tuvo un impasse de seis años hasta que decidió volver en 2020, Sergio Maravilla Martínez disputó un total de 62 peleas en las que acumuló 57 victorias, 32 de ellas por nocaut, 3 derrotas y 2 empates. Su última presentación fue en marzo de 2023, imponiéndose por nocaut en el primer asalto a Jhon Teran en el Luna Park.

ver también
Le cortó a Omar Narváez un invicto de 37 peleas, fue campeón mundial de 5 divisiones y con 42 años peleará por primera vez en Argentina







