A solo un día de lo que serán las semifinales entre la Selección Argentina y Croacia por las semifinales del Mundial de Qatar, es inevitable pensar como estaría Diego Maradona en dicho partido. Un encuentro en donde el 10 quisiera ganar pese a que esto signifique ir en contra de su propia sangre.
Hace no mucho tiempo, un poco másde cuatro años, cuando todavía teníamos a Diego Armando Maradona para disfrutarlo en cada partido de la Selección Argentina dentro de una Copa del Mundo, el 10 sorprendió a todos diciendo que en la final del 2018 se inclinaba por una victoria de Croacia.
Pese a que Francia era la gran favorita y a que los croatas habían aplastado al equipo dirigido por Jorge Sampaoli, Maradona destacaba su apoyo hacia los de Dalic. Un cariño muy especial que, increíblemente, llegaba gracias a su familia, a su sangre… que algo de balcanica tenía.
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Si bien Diego Armando fue uno de los argentinos más nacionalistas que tuvimos durante los últimos, como mínimo, 100 años. Maradona no olvidaba a su familia en ningún momento y mucho menos en momentos en donde se jugaban cosas importantes. Es por esto que, durante la final de Rusia 2018, quería ver un triunfo croata.
Nacido en 1960, el astro que deslumbró a todos tuvo a Don Diego Maradona y a Dalma Salvadora Franco como dos excelentes padres que llegaron desde Esquina, Corrientes, a Buenos Aires con la idea de cambiar el registro de una familia que venía siendo nómada desde hace muchos años intentando asentarse y crecer.
Con el primer registro de esta familia en Argentina ubicado en San Juan, donde Timotheo Maradona Fernández fue gobernador y obispo de la provincia, el paso del tiempo y diferentes investigaciones fueron abriendo el panorama hasta encontrar el porqué Diego tenía algo de sangre croata.
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Resulta que la madre de Doña Tota, la abuela de Diego, era conocida como Salvadora Cariolichi. Sin embargo, este apellido no era tal ya que fue mal anotada en el registro de las personas y su verdadera identidad era Salvadora Kariolic. Un nombre que empieza a explicar la situación.
Cerca de 1847, a causa de los problemas que sufría la región, Mateo Kariolic, oriundo de Bakar (ciudad a 150 km de Zagreb), decidió emigrar hacia nuevos horizontes buscando cambiar su camino. Así llegó al país argentino para formar una familia y, sin saberlo, cambiar la historia del fútbol.
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De esta manera, de la mano de su bisabuelo, Diego Maradona sabía que en su esencia había algo de croata. Un detalle no menor que el 10 siempre tuvo en cuenta y que lo demostró cuando pudo. Seguramente no hubiese querido que Argentina pierda en Qatar pero que hubiese pedido disculpas, lo habría hecho.
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