Más allá de ostentar la cima de la Superliga Argentina, incluso tras el empate del sábado ante Newell's, Gustavo Alfaro sabe que su responsabilidad como entrenador de Boca es máxima, ya que el objetivo y la demanda de los hinchas es ganar la Copa Libertadores.

En rueda de prensa, a tres días del primero de los dos superclásicos de semifinales ante River, el DT se hizo cargo de esa mochila, aunque haciendo una aclaración muy particular.

"Uno quiere pasar y ganar la Libertadores, porque es el sueño de Boca. Es el pedido. Si fuera fácil de conseguir, no hubiese esperado desde 2007 para ganarla. No es una empresa sencilla. No era fácil estar parado el 3 de enero en el vestuario", resaltó recordando el momento en que le tocó asumir, tras la frustración de la final perdida ante River.

Y agregó: "En ese vestuario había que poner el pecho después de un golpe muy duro. Estoy satisfecho y contento con el trabajo que hemos hecho. Sé q se definirá mi trabajo si es bueno o malo si paso o no a River. Pero yo no tengo ese parámetro".

 

Para Alfaro, la clave de una semifinal cuyó primer capítulo será en el Monumental, pasan por dejar la serie abierta y poder definir en La Bombonera.