Fue duro para Santos Borré no poder jugar, por acumulación de amarillas, la final de la Copa Libertadores 2018.

El colombiano fue clave para llegar hasta esa instancia, pero tuvo que ver desde afuera todo lo que sucedió en Madrid.

Por eso, el partido ante Flamengo de este sábado tiene un extra para él, con una especia de sabor a revancha.

"Es algo que todavía me cuesta olvidar. Por no haber podido estar en ese partido, por no haber podido ayudar a mis compañeros en ese momento. Pero luego recuerdo la felicidad que viví y se me pasa todo. Ahora Dios me da la oportunidad de jugar una final de Libertadores. Y ojalá que Dios tenga lo mejor para nosotros", dijo en diálogo con Diario Olé.

Luego, comparó: "La final con Boca fue de ida y vuelta y ahí cualquier cosa puede pasar. Sabíamos que teníamos la ventaja de cerrar de locales, aunque luego sucedió lo que ocurrió... Y en un partido único va a depender mucho de cómo estés y cómo te salgan las cosas ese día. El que esté mejor será campeón. Es más difícil una sola final. Son 90 minutos, está todo puesto ahí y no tenés revancha".

Además, afirmó que el Millonario marcó una pauta ante el eterno rival en estos últimos años y resaltó el mérito que tiene sostenerse así en el tiempo.

Para cerrar, hablando de dicho tema, tiró: "Va a ser complicado que pase esto tan seguido como nos pasó ahora. Nosotros sabemos que a cualquier rival le podemos hacer daño y que en los duelos somos importantes".