El extremo nacido en Montería fue una pieza fundamental en la obtención de la estrella número 14, y ahora, en el camino a la 15, continua siendo un jugador muy importante. Pero su trabajo no es únicamente dentro de la cancha.

Pues una de sus cábalas es arrodillarse ante el Cristo crucificado de la capilla del estadio Olímpico Pascual Guerrero y encomendarse él y encomendar a sus compañeros, además de elevar plegarias por la victoria; algo que le funcionó el domingo pasado en la final de id frente a Independiente Santa Fe.

Duván ha demostrado su fe en Dios tanto en sus tatuajes, como en sus celebraciones. Ahora, con un gran detalle en la previa de la final de ida, Dios lo escuchó y le dio la victoria a América de Cali en el primer partido de la final de la Liga BetPlay Dimayor 2020.