La cosa subió de tono. Todo comenzó el año pasado, más específicamente en mayo, cuando el Club Empleados de Comercio de Mendoza presentó una denuncia en la FIFA para reclamar que no estaba cobrando el "mecanismo de solidaridad" por el pase de Gonzalo Martínez desde River al Atlanta United. ¿De qué se trata eso? Es un derecho que tienen las instituciones deportivas sobre la formación de un futbolista, siempre y cuando firme su primer contrato o sea vendido al exterior. De esta manera, se genera un resarcimiento económico por el trabajo realizado en el jugador desde que cumplió 12 años, valorando también así los recursos invertidos en él.

Largos meses después, casi un año, salió la resolución de la casa madre del fútbol mundial intimando al conjunto estadounidense a pagar un monto de 139.149 dólares, correspondientes al 1,09% del bruto total que se pagó por el 'Pity' de 12.700.000 de la misma moneda. Esa cifra corresponde al tiempo en el que el atacante jugó para el club de su provincia natal, entre los 12 y los 14 años. El plazo establecido para abonar esto fue de 30 días. Ante un nuevo incumplimiento de pago, el castigo para el club de la MLS sería quedar inhabilitado para cualquier tipo de operaciones con futbolistas en todas las divisiones, no solo la profesional. 

Quien habló tanto en Diario Olé como en radio Nihul fue Guillermo Pereyra, presidente de la institución del interior de Argentina, e indicó que el problema también era con el conjunto de Núñez, donde el '10' supo estar varios años y dejó una huella imborrable ganando cosas más que importantes: "Hace casi un año que iniciamos este reclamo y ahora al Atlanta no le queda otra que pagar lo que se merece nuestro club. A River también le iniciamos acciones porque nunca nos pagó los derechos de formación de Martínez. La legislación está para cumplirla. Es nuestro derecho", expresó el dirigente con mucha euforia. Lo que no nos esperábamos era la respuesta del propio jugador.

Con unas historias de Instagram que luego borró, Martínez hizo un duro descargo dejando en claro que no estaba para nada de acuerdo con el hecho con el drama judicial que se está llevando adelante: "Ojalá le digan a la FIFA que yo a los 14 años dejé de jugar al fútbol por culpa de ellos. Por negociar el pase de un niño que solo quería llegar a Buenos Aires para triunfar y ayudar a su familia. Vergüenza. Pero siempre les importó más la plata que los chicos mendocinos. Nunca me dieron nada de nada, todo esfuerzo de mis viejos. Ojalá esa plata vaya a quienes más lo necesiten, como los hospitales", soltó. 

Veremos cómo se resuelve esta historia en medio de una pandemia mundial que tiene parado por completo a todo tipo de deporte. El fútbol en casi todo el planeta está pausado, las ligas locales no se disputan, las competencias internacionales tampoco y grandes eventos como la Copa América, Eurocopa y hasta Juegos Olímpicos fueron pospuestos. Esperemos que pronto se acomode todo y podamos volver a hablar de goles, jugadas, resultados y análisis de juego. Mientras tanto, los futbolistas entrenan en sus casas esperando el soñado momento de volver a pisar una cancha.