A inicios del 2018, Barcelona, luego de luchar un sinfín de negociaciones y batallar con el Liverpool, anunció el fichaje del brasileño Philippe Coutinho.

La contratación marcó un récord: para hacerse con el deportista, el club Culé había desembolsado la abismal suma de 120 millones de euros (la inversión más cara de su historia).

El comienzo de Coutinho fue alentador. El hombre de Brasil hiló buenas actuaciones en el verde césped y se metió de lleno en una fija para el entrenador a la hora de conformar la lista de convocados (teniendo en cuenta que el Barcelona es un club exigente, ganarse un lugar fijo al poco tiempo es un mérito más que importante).

Sin embargo, el nivel del jugador comenzó a decaer. Los meses pasaron y a día de hoy, por el momento, no hay indicios que haya una mejora dentro de un plazo corto de tiempo.

En consecuencia, desde Europa las noticias que llegan no son para nada positivas: el elenco Culé estaría comenzando a debatir de forma seria poner a la venta a Philippe (aunque la oferta deberá ser superior a los 100 millones para que el equipo de España tenga la consideración de sentarse a hablar).