En el minuto 28 del encuentro entre Portugal y Serbia, el corazón de todos los seguidores de Cristiano Ronaldo se paralizó (y aún ahora le cuesta volver a normalizar su ritmo).

El crack de Portugal comenzó a perseguir el balón y, a poco de llegar a reencontrarse con el mismo, tuvo que frenar su marcha y comenzó a saltar en una pierna.

Ya fuera del campo de juego, el jugador giró sobre su propio eje, miró al banco de suplentes y a la distancia pidió el campo. Acto seguido, el hombre de la Juventus se tiró al piso con claros signos de fastidio y dolor.

Sorprendiendo a más de uno allí presente, Cristiano habló habiendo terminado el encuentro y deslizó una frase que generó tranquilidad y confusión. "No estoy preocupado", expresó el crack. 

Argumentando sus dichos, el hombre de Portugal calmó las aguas y hasta se puso un plazo más que cercano para retornar a las canchas: "Conozco mi cuerpo y sé que estaré bien dentro de dos semanas".