Justo hoy, en el día de San Valentín, Cristiano Ronaldo demostró que con la Champions League tiene una relación más que especial, en la que puede haber idas y vueltas, pero en la que siempre, siempre, triunfa el amor. 

Un doblete del portugués le permitió al Real Madrid un partido que había comenzado con desventaja por el gol de Adrien Rabiot. Y ni siquiera necesitó de una jugada épica, porque anotó uno de penal y el otro ¡con la rodilla!

PSG incluso pareció merecer llevarse al menos un empate durante largos períodos del partido, pero era verdad eso de que el equipo Merengue podía hacer valer la experiencia... Porque pudo.

Ya a cinco minutos para el final del partido, Marcelo terminó por sellar el 3-1 definitivo, que permitió al Real Madrid esperar la revancha con una sensación de tranquilidad muy superior a la que tuvo durante todo el encuentro. La historia se define en París, aunque para muchos el final ya está anunciado.

+El gol de Rabiot

+Primero de Cristiano

+Marcelo selló el marcador