Sin Neymar ni Kylian Mbappé, quien estuvieron en los palcos del Parque de los Príncipes, Paris Saint-Germain no tardó en ponerse en ventaja ante Saint-Etienne.

A los veinte minutos, Marco Verratti puso un pase en profundidad perfecto para Julian Draxler, quien le agregó su cuota de jerarquía en el gol.

El volante alemán cabeceó dos veces dentro del área y se la picó a Stéphane Ruffier, el arquero de la visita que nunca salió y se quedó estancado.

Aunque no contó con sus dos máximas figuras, PSG no pierde la efectividad de cara al gol.