Palmeiras se la jugó como pudo y le hizo un partido muy complicado a Chelsea. Pero, al final, el equipo europeo se llevó el título del Mundial de Clubes. Fue victoria por 2-1 en la definición jugada en los Emiratos Árabes Unidos gracias a los goles de Romelu Lukaku y de Kai Havertz en el segundo tiempo de la prórroga. Raphael Veiga, de penal, había empatado en los 90 minutos.

Chelsea finalmente se lleva el título de la Copa Mundial de Clubes de la FIFA y se toma revancha de la definición de 2012 cuando había perdido a manos de Paolo Guerrero y Corinthians. Le costó poder quebrar a un valiente Palmeiras, que jugó como sabe hacerlo y que le complicó todo a los ingleses.

 

El libreto del partido ya estaba preestablecido desde antes de que el árbitro decrete el inicio de partido. Los 'Blues' fueron los encargados de tener el balón en mayor tiempo, mientras que el 'Verdao' esperó, fiel a su costumbre para cualquier contraataque donde pudiera explotar la velocidad y la determinación de Rony y la conducción de Dudú. Cuando pudo romper líneas, el equipo brasileño causó peligro, aunque le faltó en el toque final.

A Chelsea, el encuentro se le hizo incómodo por el planteo del equipo de Abel Ferreira. Su única ocasión clara en la primera parte llegó con un mísil desde afuera de Thiago Silva, que forzó a una gran respuesta de Weverton. Todo mejoró en los primeros minutos del complemento, donde Romelu Lukaku volvió a aparecer para saltar más alto que Luan y definir para el 1-0 tras un gran centro de Hudson-Odoi. El belga venía de anotar en la semifinal ante Al-Hilal y volvió a convertir.

El tanto fue un golpe para el ánimo de Palmeiras, que estaba obligado a cambiar su idea de juego por necesidad. Con lo que pudo fue y se encontró con un regalo de Thiago Silva: una mano increíble dentro del área a la hora de buscar el balón que el VAR vio y el árbitro decretó como penal. Raphael Veiga lo cambió por gol para ilusionar a la gran afición 'verde' que llegó hasta los Émiratos Árabes Unidos.

Tras el empate, ambos tuvieron sus aproximaciones para marcar la diferencia en el marcador. Un remate de Raphael Veiga sin mucha fuerza que controló bien Mendy, y la más clara fue la de Pulisic y una definición que pasó muy cerca del palo. Palmeiras y Chelsea lucharon más de lo que pudieron jugar en los últimos minutos y jugaron a no equivocarse, lo que llevó el encuentro a la prórroga.

En el tiempo extra, los brasileños trataron de defender como pudieron, mientras que los londinenses buscaron por todos lados. Al final, en la segunda parte, una mano de Luan dentro del área llevó a una revisión del VAR donde el árbitro decretó penal. Kai Havertz la cruzó para poner el 2-1 a falta de tres minutos para el final de los 120 minutos.

Sólo quedó tiempo para la expulsión de Luan sobre el final. Así, Chelsea se consagra campeón por primera vez en el Mundial de Clubes y celebra una temporada grandiosa de la mano de Thomas Tuchel. Palmeiras se va con las manos vacías, pero con el respeto por haber complicado a un poderoso equipo europeo.