El Renacimiento fue un movimiento cultural que se dio en la Europa occidental entre los siglos XV y XVI. Fue una transición entre la Edad Media y la Edad Moderna, su estallido fue en Italia, resulta que es el país donde se encuentran las obras más famosas de ese ciclo.
Ahora, en plena Edad Contemporánea, es decir desde la Revolución Francesa hasta la actualidad, en Italia hay un equipo que está intentando renacer. Antes que nada, Italia metió tres equipos en cuartos de final de la Champions League. Dos de ellos, lograron meterse en semifinales, pero uno, especialmente, tiene un tinte especial: el Milan.
El Milan es uno de los equipos más grandes de Europa, ni hablar de Italia, junto con el Inter, de la misma ciudad, y la Juventus. Es el segundo club con más Champions Leagues (siete) y a lo largo de su historia conquistó 19 títulos de Serie A. Hasta este renacer, la última liga conquistada había sido la de la temporada 2010/2011. Ese equipo tenía figuras importantes como Andrea Pirlo, Mark van Bommel, Ronaldinho y Zlatan Ibrahimovic.
Lejos de los que fue:
Luego de eso, por 11 años, el conjunto rossonero estuvo hundido en la más triste mediocridad. Muchos jugadores fracasaron y se pagaron contratos estratosféricos, para futbolistas que no cumplían con los estándares de un club enorme. Ni hablar de que ni siquiera clasificaban a la Champions League. Es más, no llegaban a unos cuartos de final desde la edición 2011/2012. En aquella ocasión fueron eliminados por el Barcelona.
Principalmente, la sequía fue por malos manejos dirigenciales. A eso, se sumó poca jerarquía por parte de los jugadores y, también, poco compromiso con el club. El mayor causante fue la cantidad de dinero gastado en contratos y transferencias fallidas.
Stefano Pioli , el DT que le cambió la cara al Milan (Getty)
Opulencia y decadencia:
Silvio Berlusconi, como mandatario del club, fue uno de los principales responsables del éxito. Pero también de la decadencia. En 2017, 21 años después de su arribo, tuvo que irse por la puerta trasera por problemas económicos y personales.
Las riendas del club las tomó Li YongHong, un empresario e inversor chino. La lluvia de inversiones llegó e inyectó 192 millones de euros. Vale aclarar que el balance del equipo venía dando negativo y ya ni siquiera competía con equipos medianos de Italia.
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Dinastía china:
Li YongHong, en sus tiempos a cargo del Milan (Getty)
Pero la dinastía china de Li YongHong duró apenas un año. Resultó ser, literalmente, un chanta. Ni siquiera ese era su nombre verdadero, se llamaba Lee Sui Har. Más bien nunca se descubrió si eran la misma persona.
En fin, nuevamente el club estaba a la deriva. Igualmente, lo de este chino era mezquino. El New York Times lo había investigado y no encontró más que oficinas en desuso y direcciones sin usar.
A todo esto, futbolísticamente, el Milan era una verdadera lágrima. Una verdadera película de terror. En 2015 terminó décimo, para un grande de Europa eso era (y es) una herejía, y hasta 2019 no pudo finalizar entre los primeros cinco equipos. Justamente, ese año, las cosas iban a comenzar a cambiar.
Volver a las bases con Paolo Maldini:
El Milan necesitaba regresar a las bases y quién mejor que Paolo Maldini. El máximo símbolo en la historia del club, capitán campeón y uno de los mejores defensores en la historia. Ese año, Maldini se hizo cargo de la dirección deportiva del club y su primera decisión fue reducir salarios.
Entre 2014 y 2019, por el Milan pasaron ocho entrenadores. Maldini ni bien asumió contrató a Stefano Pioli como técnico.
El oriundo de Parma no había ganado nunca un título desde la dirección, pero había hecho un buen trabajo en la Lazio en la temporada 2014/2015.
Pioli, hasta el día de hoy, sigue siendo el técnico del Milan y fue uno de los responsables de la conquista de la Serie A 2021/2022.
Maldini compró jugadores menores de 23 años, como Sandro Tonali, Ismael Bennacer, Theo Hernandez o Brahim Díaz. A ellos se sumó la experiencia de Zlatan Ibrahimovic y Olivier Giroud. En estos años, logró pasar de 142 millones de euros en contratos a 81.
Paolo Maldini, director deportivo y uno de los máximos ídolos del Milan (Getty)
A esa gestión económica se suma el título ya mencionado en 2022 y las semifinales alcanzadas en la presente edición de la Champions League, algo que que no lograba desde 2007, justamente coincide con su última Orejona conquistada.
Como si fuera poco, su rival será el Inter. Su clásico y mismo club al que enfrentó en las semis del año 2003, curiosamente, su anteúltima Liga de Campeones conquistada. Los rossoneros tienen, sin dudas, material y coincidencias para ilusionarse con la octava.