Uno de los grandes interrogantes deportivos hoy en día es qué sucedería si Yugoslavia aún estuviera unida. Probablemente, tendría un equipazo con jugadores de la talla de Luka Modric, Dusan Vlahovic o Edin Dzeko. La realidad es que hace algún tiempo, no muy lejano, Yugoslavia fue un estado y su selección era bastante poderosa.
Antes del Mundial de Italia 1990, que para muchos futboleros fue la mejor Copa del Mundo de la historia, Yugoslavia había asistido a siete citas mundialistas anteriores y contaba con muy buenos antecedentes. Había logrado llegar a semifinales en dos ocasiones: en Uruguay 1930 (tras jugar tan solo dos partidos) y en Chile 1962, en ambas ocasiones finalizaron cuartos.
También se destacan los cuartos de final alcanzados en Suiza 1954, Suecia 1958, Alemania 1974 e Italia 1990. El último torneo mundialista al que Yugoslavia asistió como un país unificado. En esa ocasión también llegaron a estar entre los ocho mejores mejores equipos del certamen.
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Los yugoslavos arribaron al Mundial luego de una soberbia Eliminatoria, donde dejaron en el camino nada más y nada menos que a Francia. Además, pasaron la clasificación rumbo a Italia de forma invicta, con seis triunfos y dos empates.
El equipo llegó a este torneo con un buen equipo y tenía expectativas de llegar a la final. En esa ocasión contaban con futbolistas de gran clase como Davor Jozic, Darko Pancev, Srecko Katanec, Alan Boksic, Davor Suker y Robert Prosinecki, entrenados por Ivica Osim.
El grupo no los favoreció demasiado ya que los emparejó con Alemania Federal, Colombia y Emiratos Árabes Unidos. El comienzo fue contra los alemanes y arrancaron con el pie izquierdo tras caer por 4 a 1. Debían ganar sí o sí uno de los dos partidos que les quedaban.
Primero, se encargaron de derrotar a Colombia por 1 a 0 con gol de Jozic. Para pasar a octavos necesitaban un triunfo contra los árabes para asegurarse la clasificación. Lo hicieron con creces tras golearlos por 4 a 1. Además, se clasificaron como segundos y no como mejores terceros.
Aunque el cruce no fue para nada favorable. En octavos los esperaba España, seleccionado al cual logró vencer por 2 a 1, con un gol en el minuto 82 de Dragan Stojkovic. El primer gol también lo había sido autoría de él también.
El cruce de cuartos de final tampoco los favoreció. Se iban a enfrentar a la Argentina campeona defensora de Diego Armando Maradona. Tras 120 minutos, el partido finalizó 0 a 0 y el boleto a semifinales iba a definirse desde la tanda de penales. Allí, se impuso la figura del arquero argentino Sergio Goycochea. Él fue el héroe tras atajar un penal a Hdzibugic, quien ya había errado en la fase de grupos contra los colombianos. En esa misma tanda también falló su penal Maradona.
Esa fue la última actuación de los yugoslavos en una Copa del Mundo. Luego de su disolución el país que obtuvo mejores resultados fue Croacia, quienes fueron terceros en 1998 y subcampeones en 2018.
