Velocidad por las bandas, actitud ofensiva, buen trato de balón y desatenciones casi amateurs en defensa son algunas de las características que hacen a la esencia del que será rival de River en la semifinal del Mundial de Clubes.
Cuando los equipos de fútbol en Japón todavía pertenecían a las grandes marcas automotrices, Sanfrecce nació, en 1938, de la mano de Mazda y bajo el nombre de Tokyo Kogyo, ganando en 1965 la naciente Japan Soccer League. En 1980 cambió su nombre a Mazda SC, produciéndose en 1993, con la creación de la J-League, la variación definitiva en su identidad y adoptando su nombre actual.
Pero poco le importa al River que quiere meterse en la final del Mundial de Clubes la historia del club que se mudó a Hiroshima y que tras ascender en 2008 a la Primera División, se consagró campeón en 2012, 2013 y 2015. Lo esencial pasa por descubrir los secretos de un equipo del que poco se sabía hasta que todo el mundo volteó sus ojos hacia Japón.
En los dos partidos que disputó Sanfrecce en el torneo, ante Auckland City y TP Mazembe, fueron una constante la velocidad por las bandas en los contragolpes, la casi obligatoria disposición a salir jugando desde el fondo y la ambición ofensiva; cualidades que podrían asustar a cualquiera si no se contrarrestaran con una casi amateur debilidad defensiva y los recurrentes lapsus de desconcentración. El propio Gabriel Mercado, que siguió atento al rival de semifinales, destacó en conferencia de prensa que se trata de un equipo “realmente ordenado, con jugadores de buena técnica”.
Desde el aspecto táctico, el equipo de Hiroshima propone un 5-4-1, con Sato como único delantero y una fuerte apuesta al juego que pueden generar sus laterales Mihael Mikic, por la derecha, y Yoshifumi Kashiwa, por la izquierda. Mientras que Kazuhiko Chiba, su líbero, muestra un gran compromiso para salir jugando desde el fondo, incluso ante situaciones de apremio.
Y por si quedaban dudas de que la semifinal entre River y Sanfrecce se prestará para las sorpresas, Toshihiro Aoyama, capitán del campeón japonés, se sinceró con una frase que hirió el orgullo de los aficionados millonarios: “La verdad, River me resulta bastante desconocido”.
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