De crecer las tensiones políticas entre ambas naciones vecinas, la posibilidad de organizar de manera conjunta la Copa del Mundo de 2026 podría frustrarse.
Concacaf quiere volver a albergar un Mundial y su flamante presidente Víctor Montagliani aprovecha cada aparición pública para hacer campaña. Incluso el mandamás de FIFA Gianni Infantino tuvo un guiño con la Confederación al asegurar que es digna de organizar la competencia y que sería grandioso que lo hiciera.
Hasta ahora, el proyecto más viable para que ésto suceda era la candidatura conjunta de Estados Unidos, México y Canadá, que otra vez relegaría las intenciones de las naciones centroamericanas, y que era muy apoyado por Hillary Clinton, la gran perdedora de las elecciones del último 8 de noviembre en territorio estadounidense.
“Con ella todo hubiera sido más fácil, pero no quiere decir que con Donald Trump vaya a ser algo imposible. Sería bueno para el país y el presidente querrá lo mejor para Estados Unidos”, expresó el presidente de la Federación de Estados Unidos Sunil Gulatti.
Pero más difícil que el hecho de que el presidente electo apoye la candidatura de Estados Unidos será que sea un impulsor de hacerlo junto a México, uno de los países que más insultado se ha visto durante la campaña del magnate empresario.
Si las tensiones entre ambas naciones vecinas siguen en ascenso, la idea de que juntos puedan convencer a FIFA de que les conceda la organización de una Copa del Mundo será casi una utopía. Pero negocios son negocios y Donald Trump lo sabe mejor que nadie.
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