Ayer mismo se confirmó que Estados Unidos, México y Canadá recibirán el Mundial de 2026, que será el primero en presentar la participación de 48 selecciones.
Para que la Copa del Mundo vuelva al continente, fueron decisivos los votos de Concacaf y CONMEBOL; aunque no todas las federaciones respetaron el pacto.
Fue el caso de la Confederación Brasileña de Fútbol, que votó que el Mundial 2026 quedara en manos de Marruecos. Esta actitud, contraria a lo que se había acordado en Conmebol, provocó el enojo de las demás naciones sudamericanas.
Uno de los primeros en emitir opinión desde Rusia fue Claudio Tapia, presidente de AFA:“No comparto la decisión que han tomado. Está más cerca de la traición que de la simpatía”, expresó.
En Brasil justificaron el voto como“un gesto de simpatía” hacia Marruecos, un país que nunca en su historia tuvo el privilegio de organizar una Copa del Mundo.