El futbol tiene sus favoritos, pero también suele dejar su espacio para aquellos que no son tan queridos. Esto se puede sostener por diversas razones y es que el fanatismo del público lleva a despertar todo tipo de pasiones. En la lista negativa ingresa de cabeza James McClean. A simple vista es un desconocido, pero la historia de este protagonista tiene mucho más atractivo que la de estrellas del deporte y por eso no tiene ni un solo segundo de desperdicio.
La historia completa de James McClean, el jugador más odiado del futbol inglés
El lugar en el que se desarrollan los acontecimientos es el Reino Unido, pero aquí hay un tema, porque en geografía es vital saber que Irlanda no forma parte de esta unión de países que conforman uno de los sectores más importantes de Europa, pero sí lo hace Irlanda del Norte. En este último país nació McClean en 1989 y con mucho orgullo representa a los irlandeses verdes, los que no son británicos, al punto de llegar a generar una enemistad con el pueblo inglés, que muestra su rechazo hacia él producto de las decisiones que toma relacionadas al patriotismo.
Para ser más específicos, en el futbol inglés, los equipos portan en el pecho una amapola, la cual hace referencia al respeto por soldados caídos en distintos tipos de guerras y conflictos bélicos. Allí entra la explicación de un McClean que se niega a portar esta flor porque no representa a sus valores ni convicciones de como ve la realidad.
En las últimas horas, el propio jugador compartió un mensaje en su cuenta de Instagram en el que explicó su punto de vista sobre la situación en un extenso comunicado en el que se encargó de desarrollar al máximo sus opiniones para que no queden dudas sobre sus actos y las razones que lo embargan.
Lo que le sucede a McClean es que se niega a usar la amapola porque no siente orgullo de los soldados británicos que un domingo de enero en 1972 cometieron una masacre en Londonderry, Irlanda del Norte, donde oficiales abrieron fuego contra civiles que se estaban manifestando pacíficamente. El saldo fue de 14 muertos y, desde entonces, el dolor en su ciudad natal no se ha ido.
Su respuesta en contra del reinado le ha generado ganarse un odio brutal de los aficionados de los distintos clubes que ven como en los minutos de silencio McClean se aparta del resto de sus compañeros y se mantiene en la mitad de la cancha por respeto a la situación, pero no a los soldados.
En un encuentro en el que su equipo, el Wrexham, visitó al Birmingham City por la Football League One (tercera división del futbol inglés) a mediados de septiembre, James fue sustituido y automáticamente se volvió el centro de atención de los fanáticos del conjunto azul que lo insultaron, realizaron gestos y lanzaron de todo con el fin de agredirlo.
La carrera futbolística de McClean no está marcada por los éxitos deportivos y su relación en el futbol ha estado señalada siempre por su decisión de ir en contra del Reino Unido de una forma tal que le permite ser respetado por todos los protagonistas que rodean al futbol, pero odiado por los aficionados.
Así tratan a James McClean cuando juega de visitante
Desde ese momento, la EFL le otorgó un permiso especial a McClean para no seguir la regla que indica que cuando un jugador es sustituido debe abandonar el campo de juego por la salida más cercana sin importar que tan lejos esté de la banca. Para James la historia es distinta y fue habilitado a demorar un poco más, pero dejar el césped desde el punto más próximo al lugar de los relevos.
El comunicado completo de James McClean sobre sus decisiones en el futbol inglés
“He abordado este asunto muchas veces, no es que deba hacerlo, pero quiero explicarlo ahora en las redes sociales por respeto a los colegas de trabajo, compañeros de equipo pasado y presente, fans que me han apoyado, para que tengan un entendimiento completo.
La amapola representa para mí un significado totalmente diferente a lo que hace para los demás, ¿me ofende alguien que lleva una amapola? No, absolutamente no, lo que me ofende es que me fuercen la amapola.
La amapola que originalmente representaba la primera y segunda Guerra Mundial, ahora ha sido adoptada para honrar y recordar a los soldados británicos que han servido en todos los conflictos en todo el mundo, incluyendo aquellos que abrieron fuego y asesinaron a 14 civiles inocentes el sangriento domingo de enero de 1972, en mi ciudad natal, como muchos otros crímenes brutales en toda Irlanda.
Es por eso que nunca he tenido ni nunca usaré una amapola. Si el único propósito de la amapola fuera honrar la primera y segunda Guerra Mundial, entonces no tendría ningún problema en usarlo, pero ese no es el caso.
Respeto a quienes lo hacen, ya que soy plenamente consciente de que tenemos creencias y formaciones diferentes. Nunca impondría mis creencias a los demás. No soy tan ingenuo ni tan estúpido como para esperar que haya reciprocidad, especialmente ahora que la amapola se impone a todo el mundo en el Reino Unido y Dios no permita que alguien no la lleve, por el abuso que tienen que soportar. La ironía de todo esto es que la amapola originalmente se levantó para honrar a quienes lucharon por el derecho a la libertad en ambas guerras mundiales.
A algunas personas, sin importar que no se educarán ni quieren educarse, que tiran abuso con insultos como “odia nuestro país”, bueno, yo no. Algunas de mis mejores relaciones que he hecho a través de los años son con personas nacidas y criadas en Inglaterra y tienen creencias completamente diferentes para mí.
‘Estoy feliz de trabajar y vivir en el Reino Unido, pero me quedo con los chelines reales y lo llevo de regreso a su ciudad natal para que trabaje’. Bueno, el triste hecho es que, si lo hiciera, seguiría recibiendo mi salario en “chelines reales”. Desafortunadamente, esa es la parte del problema para empezar. Una cosa que nunca he tenido y nunca haré, es doblar la rodilla para comprometer mis convicciones”.