Las primeras imágenes fueron escalofriantes. Los gestos de dolor, los más crudos. La trilogía de combates ante Dustin Poirier no acabó nada bien para Conor McGregor, pues de la mano de la derrota, segunda para él ante el estadounidense, llegó una fractuda de tobillo que lo tendrá un largo tiempo inactivo.
El irlandés sufrió casi a lo largo de todo el único round que tuvo la pelea, pues fue dominado por Poirier en la lona, recibiendo duro castigo al rostro y la cabeza con puños y codazos de su rival y ya cuando volvió a ponerse de pie, a diez segundos del final, un mal retroceso tras un impacto de poder lo hizo fracturarse.
Finalizada la pelea, Conor fue retirado del octágono en camilla y con una bota que dejaba ver la gran hinchazón que se había generado a causa de la fractura. Más allá del dolor, al momento de dejar ya la T-Mobile Arena de Las Vegas, intercambió algunos gritos de guerra con fanáticos que no dejaban de alentarlo.
Dos días después de la accidentada derrota, el propio MgGregor grabó un video desde el Cedards-Sinai Hospital de California, donde se le realizó la primera intervención quirúrgica, para comunicar a sus fanáticos cómo continuará su recuperación. “Ya me realicé la operación y todo salió de acuerdo con el plan. Serán seis semanas en muletas y luego comenzaremos a reconstruir. Gracias a todos los fanáticos alrededor del mundo por los mensajes de apoyo”, dijo en un video que se replicó desde las redes sociales oficiales de UFC.
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McGregor también agradeció a todos los fanáticos que colmaron la T-Mobile Arena de Las Vegas y dijo que fue increíble el clima que se vivió. A su vez, insistió, como apenas finalizada la pelea en diálogo con Dana White, en que la pelea hubiese sido diferente en el segundo asalto. “Es lo que es”, dijo en relación a la lesión que lo privó de demostrarlo.
