AC Milan había comenzado una nueva etapa con Sergio Conceição al mando del equipo, y a los pocos días lograron ganar la Supercopa de Italia tras vencer a su eterno rival, el Inter, en una final épica. Este triunfo llenó de esperanza a los aficionados, quienes veían en el nuevo entrenador una oportunidad para recuperar el prestigio perdido en los últimos años. La llegada del portugués parecía ser el comienzo de una nueva era para los Rossoneri, y la victoria en la Supercopa alimentó esa ilusión.
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El optimismo aumentó aún más cuando el club decidió fichar a futbolistas de renombre durante el último mercado de pases. Con un objetivo claro de dar que hablar tanto en la Serie A como en la Champions League, Milan no escatimó esfuerzos. El fichaje más importante fue el de Santiago Giménez, delantero mexicano que había brillado en los Países Bajos con el Feyenoord, por el que pagaron 35 millones de euros. Los hinchas se mostraron muy ilusionados, conscientes del potencial del jugador y de lo que podía aportar al equipo.
En los primeros encuentros, todo parecía ir sobre ruedas tanto para el equipo como para Giménez. El delantero mostró sus cualidades al aportar goles y asistencias, ganándose rápidamente el cariño de la hinchada. Milan parecía en el camino correcto, con un equipo renovado y con un nuevo líder en el ataque. Sin embargo, las buenas sensaciones empezaron a desvanecerse cuando el rendimiento del equipo comenzó a decaer.
La dura eliminación de la Champions League fue un golpe devastador para el equipo, que veía cómo sus sueños europeos se desmoronaban. A esto se le sumaron los malos resultados en la liga italiana, donde el equipo se alejó cada vez más de los puestos de clasificación a competiciones europeas para la temporada siguiente. La frustración comenzó a crecer entre los aficionados, quienes ya no escondían su descontento con los jugadores y, en particular, con el entrenador.
Este panorama llevó a muchos hinchas del Milan a pedir la salida del técnico y de algunos futbolistas que no estuvieron a la altura de las expectativas. Uno de los jugadores que llegó con grandes expectativas y que no ha logrado cumplir con ellas es Joao Félix. El portugués, quien fue fichado para reforzar la delantera, ha estado lejos de mostrar el nivel esperado en el campo, y las críticas hacia él no se han hecho esperar.
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¿El primer borrado por el Milan?
Según el periodista Nicolò Schira, la situación de Joao Félix en el Milan está cada vez más complicada. Los directivos del club no están convencidos con el rendimiento mostrado por el jugador y, por el momento, no tienen intenciones de activar la cláusula de 35 millones de euros para su compra definitiva. A pesar de su potencial, el futbolista no ha logrado encontrar su lugar en el esquema de Conceição, y su futuro en el Milan parece estar en duda.
