Roberto Mosquera, en su reciente presentación como entrenador de Alianza Universidad, ofreció una perspectiva franca y reveladora sobre su llegada al club y sus ambiciones. Con su estilo característico, conocido por su elocuencia y profundidad, “La Mosca” compartió detalles sobre las ofertas que recibió y las razones detrás de su decisión de unirse al equipo de Huánuco.
Roberto Mosquera rechazó gran oferta
Mosquera reveló que había sido contactado por no menos de cuatro equipos en los últimos meses, lo que subraya el reconocimiento de su trayectoria y capacidad. Entre estas propuestas, destacó un “preacuerdo” con Oriente Petrolero de Bolivia, un compromiso que, según sus propias palabras, le hizo honrar su palabra y estudiar su propuesta con seriedad. Sin embargo, fue la llamada de la directiva de Alianza Universidad lo que lo “reconformó”. Esta expresión, cargada de significado, sugiere que la propuesta de Alianza Universidad no solo fue profesionalmente atractiva, sino que también tocó una fibra personal, quizás por la confianza depositada en él.
Lejos de evadir la complicada situación en la tabla de posiciones, Mosquera la abordó de frente, afirmando que la conocía perfectamente. Su vasta experiencia como entrenador lo ha llevado a trabajar con “equipos chicos con premuras de resultados y situaciones incómodas en la tabla” desde el inicio de su carrera. Esta familiaridad con la adversidad le permite ver más allá de la posición actual y enfocarse en el potencial del club. Para él, lo que realmente lo atrajo a Alianza Universidad no es simplemente unirse a la lucha por la permanencia, sino la convicción de que estos equipos “deben estar a la vanguardia”. Visualiza un club serio, responsable, que permite a un comando técnico desarrollar plenamente su visión y estrategias, un ambiente propicio para el crecimiento y el éxito sostenido.

Roberto Mosquera en su primer día con Alianza Universidad. (Foto: X).
¿Armará un gran equipo para la Liga 1?
En cuanto a la conformación del equipo, Mosquera demostró una gran dosis de realismo. Reconoció que “hablar de refuerzos es bonito”, pero subrayó la importancia de conocer la realidad interna del club y de los jugadores antes de tomar decisiones. Su prioridad inmediata es trabajar con el plantel existente, enfocándose en la “actitud” a través de una charla directa y profunda con los futbolistas. Su meta es identificar un “hueco” en el sistema táctico que desea implementar y, en función de ello, evaluar las “arcas” del club para posibles incorporaciones. Si las limitaciones económicas persisten, Mosquera está dispuesto a “inventar algo”, una actitud que refleja su ingenio y capacidad para optimizar recursos.
Un ejemplo de su habilidad para triunfar con menos recursos es su victoria en el campeonato con Binacional, un equipo que, según sus propias palabras, manejaba “3/4 del dinero que tiene Cristal y Alianza”, a quienes precisamente lograron superar. Finalmente, Mosquera articuló su estrategia para competir contra los equipos grandes, consciente de las limitaciones de su nuevo club. En un análisis directo, señaló las carencias y fortalezas actuales: “Preparación física para correr 90 minutos, no tenemos. Preparación técnica para manejar el balón con todas las partes que lo permite el reglamento, eso lo tenemos. Preparación táctica de cómo defender y atacar, algo que tampoco tenemos”.
Sueña con mejorar al Alianza Universidad
Esta evaluación cruda, pero honesta, establece el punto de partida para su trabajo. Anunció la llegada de su preparador físico, quien tendrá la tarea de evaluar el estado físico de los jugadores y determinar cómo potenciar sus habilidades individuales. La clave para robarle puntos a los equipos grandes, según Mosquera, reside en una meticulosa preparación técnica y la implementación de una estrategia táctica innovadora que compense las deficiencias físicas, maximizando las capacidades existentes y cultivando un espíritu de lucha inquebrantable.

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