En el inicio de la segunda mitad, Japón salió al terreno de juego con mayor determinación. Los nipones eran concientes de que su clasificación a los octavos de final del Mundial dependía estrictamente de ellos y le hicieron frente a la situación.
El cuadro asiático empató el partido sobre los 49' del complemento, cuando aprovechó un grosero error del guardameta Unai Simón, a raíz de la presión que realizó uno de sus jugadores dentro del área del conjunto español.
El arquero de Athletic Club despejó el balón con dirección hacia la banda, pero este fue recuperado rápidamente por Junya Ito, quién habilitó a su compañero con un cabezazo, anticipándose a Baldé en el duelo aéreo.
Ritsu Dōan recibió el balón y condujo de gran manera, hasta que con un soberbio remate desde el borde del área, liquidó el arco rival e hizo estallar a toda la afición japonesa que se reunió en el Estadio Kalifa.
