Barcelona vive una actualidad turbulenta y de transición tras los fuertes movimientos del club en el último mercado de pases. Con Joan Laporta a la cabeza, se tomaron determinaciones para controlar la crisis financiera del club y eso derivó en la salida de Lionel Messi, entre otros recortes.
La ausencia del máximo ídolo del Barça dejó un gran vacío en el plantel, pero también quedó un símbolo vacante: la camiseta número 10. Fueron varias las semanas de incertidumbre en las que ningún futbolista tomaba el dorsal que supieron utilizar figuras como Diego Maradona, Ronaldinho, Rivaldo y Juan Román Riquelme.
Finalmente, el club catalán optó por otorgarle la pesada camiseta a una joya de la cantera. Ansu Fati dio un paso al frente y ya comenzó a vestirla en el comienzo de esta temporada. Esta semana se anunció su renovación hasta 2027 con una cláusula de recisión de mil millones de dólares.
En la conferencia de prensa de este jueves, en declaraciones levantadas por Marca, el joven atacante respondió qué se siente utilizar la ’10’: “Estoy muy agradecido al club y a los capitanes. Lo podría haber llevado otro jugador, pero por suerte me ha tocado el número. Estaba dispuesto porque al final estoy en el Barça y tienes que estas preparado para todo“.
“No es ninguna presión, si no una motivación. Nadie va a igualar lo que hizo Leo y yo tengo que seguir mi propio camino“, explicó sobre haberla heredado de La Pulga. Luego le preguntaron si ya había hablado con Leo sobre eso y respondió incómodamente: “Siguiente pregunta“.