La Premier League acapara la jornada en el viejo continente gracias a la venta del Newcastle hacía un fondo de inversión en Oriente Medio que ha vuelto a demostrar el interés de los jeques y magnates por la mejor liga del mundo. Estos son los motivos que llevan a algunas de las más grandes fortunas del planeta a invertir su dinero en el fútbol inglés.

Desde que se refundase en 1992, la Premier League abrió sus puertas al dinero internacional con el deseo de dominar el mundo. Inversiones de los cinco continentes se han tomado una liga donde solo Brighton, Norwich y Tottenham mantiene en este momento un CEO nacido en las islas del norte de Europa. Durante casi 30 años fortunas de los cinco continentes han llegado para quedarse y cambiar para siempre un torneo que no tiene rival en Europa.

 

Imagen, guerra comercial y DDHH

Todos hemos oído el termino ‘club-estado’. La ya famosa manera de referirse a los equipos apoyados desde la oscuridad por el dinero de ciertos gobiernos se ha convertido en una constante en el mundo del fútbol de los últimos años y con lo ocurrido ayer en Newcastle, la realidad invita a pensar que esto es solo el comienzo.

Los motivos de la llegada de Abramovic, Mansour y Bil Salman no son otras que políticas. Que les gustara mucho el fútbol seguro, pero sus intereses pasan por lavar la imagen a nivel internacional de países como Rusia, Emiratos Árabes o Arabia Saudí, donde las polémicas alrededor de corrupción y de violación de derechos humanos no dejan de crecer en este mundo globalizado.

Sumado a esto, la Premier se convierte en el escaparate perfecto al contar con la mayor cantidad de aficionados en los cinco continentes, ser la liga más vista del planeta y que más dinero mueve. Lo del PSG y Qatar es la excepción a una regla donde Inglaterra ha quedado como el lugar ideal de quienes desean lavar su imagen.

Por último pero no menos importa, hay que recordar la batalla económica y de comunicaciones que se vive en Oriente Medio, donde la elección de Qatar como sede de una Copa del Mundo disparó las tensiones ente países con un hambre de poder internacional muy similar. ¿Amor al fútbol? Si, pero por encima de todo son los intereses que sobrepasan este deporte lo que hace que Chelsea, Manchester City o Newcastle, sean considerados hoy en día como clubes estado.