Agustín Marchesín simplemente hizo lo que realizó en toda la noche: salvar a su equipo.

Luego de un balón sensacional de David Cabrera pinchado por arriba de toda la defensa rival, el arquero comenzó a achicarle al receptor, Pablo Barrera, antes de que le llegue la pelota.

El volante enseguida adivirtió el movimiento del argentino, por lo que quiso tocarla hacia un costado.

Marchesín, en carrera, atinó a sacar la mano justo para evitar que su equipo encaje otro gol en el Estadio Universitario, justo en el minuto 89, y tenga todo para conseguir el pasaje a la final en el Estadio Azteca.