Ser hincha de River y soñar con jugar profesionalmente en el Millonario es moneda corriente. Sin embargo, muy pocos pueden cumplir con ese anhelo y Facundo Affranchino fue uno de esos privilegiados. En 2004, en plena adolescencia, este veloz volante por derecha recaló en Núñez y terminó haciendo realidad su búsqueda.

“Fueron los mejores momentos de mi carrera y de mi vida porque ahí comenzaba todo. Yo jugaba en un club de barrio de Paraná, Torito de Chiclana, e hicimos un torneo al que vino River, entre otros. Me vieron jugar y me dijeron que me querían probar allá”,narró Affranchino, envuelto en una notoria emoción, en diálogo con BOLAVIP.

“Desde chico soy hincha de River y siempre quise ser futbolista. Y serlo en el club del que soy hincha, no lo podía creer, fue un sueño re contra cumplido”, añadió el mediocampista que ahora tiene 34 años y viene de jugar la última temporada en Olimpo de Bahía Blanca.

Desde su llegada a River, comenzó a diseñar la progresión habitual hasta que, a fines de 2007, con solamente 17 años, tuvo la oportunidad de debutar en Primera. Fue con derrota frente a Huracán en cancha de Argentinos Juniors, pero aquella página quedó grabada eternamente en su memoria.

El día del debut de Affranchino en River.

Los primeros pasos en la Primera de River

“Yo estaba en el plantel de Reserva y era una semana atípica porque River jugaba la semifinal de la Copa Sudamericana contra Arsenal. Entonces, Passarella, que era el técnico, decide jugar contra Huracán con muchos jugadores que estaban en el plantel de Primera pero que no estaban teniendo minutos. Empezó a hacernos subir para hacer fútbol, tácticos, pero no sabíamos nada. No teníamos idea”, recordó sobre los días previos a su debut.

“Llegado el jueves, me acuerdo de que subimos para hacer fútbol y nos cambiaron la ropa, nos pasaron la de Primera. Después, el viernes nos llaman a mí y a varios más para concentrar. No lo podíamos creer. Ni mi familia tenía idea de que podía llegar a pasar porque no tenía ningún indicio. Y me entero el mismo día del partido que iba a jugar de titular y fue un momento tremendo, una experiencia inolvidable”, profundizó.

La relación con Passarella

Naturalmente, todo jugador guarda un lugar especial en el corazón para el entrenador que lo hace debutar en Primera. Y, más allá de todo, este es el caso de Affranchino con Passarella, quien se encontraba transitando sus últimos momentos como DT del equipo de Núñez.

“Él hablaba mucho con nosotros, con los jugadores de Reserva. Cuando subíamos para hacer prácticas con la Primera, ya sea fútbol o demás, él nos hablaba mucho y trataba de enseñarnos un montón. Paraba la práctica para poder acomodar o corregir cosas de los jugadores del plantel”, detalló el entrerriano sobre el cuestionado ídolo de River.

“Él trataba de estar encima de nosotros para que aprendamos, para que estemos, para corregirnos y obviamente para enseñarnos. Lo poco que estuve con él como técnico pude ver que se acercaba mucho a nosotros, que hablaba mucho con los más chicos y que le daba mucha bola a la parte de inferiores y de la Reserva de en ese momento”, completó.

Passarella, el responsable del debut de Affranchino en River.

El rápido título de 2008 y la posterior debacle del club

Ya con Diego Simeone en el banco de suplentes de River, Affranchino, pese a no jugar de manera constante, pudo festejar su primer título. El más importante de su carrera. Un momento único para un joven que recién había cumplido solamente 18 años de edad. Y lo hizo rodeado de figuras del calibre de Ariel Ortega, Radamel Falcao García y compañía.

Salir campeón con River fue hermoso. Fue una locura más allá de que no tuve mucha participación pero estar al lado de todos esos monstruos fue extraordinario. Lo disfruté mucho desde el lugar que me tocó”, profundizó el jugador que acumuló 2 goles al cabo de 39 encuentros de carácter oficial en el Millonario.

Sin embargo, a partir de ahí todo se desmoronó deportivamente e institucionalmente. Y Affranchino lo recuerda: “Futbolísticamente no sé qué es lo que pasó porque el plantel era el mismo que había salido campeón, el mensaje del técnico era claro y lo entendíamos. No se conseguían los resultados, a veces porque no los merecíamos y otras veces porque no se daba. Ahí hubo un quiebre y se empezó a venir todo abajo”.

“Ahí termina un mandato de Aguilar en 2009, donde veníamos bastante mal. Yo vivía la parte de la pensión y me acuerdo de que, cuando yo llegué, la pensión era un hotel cinco estrellas donde tenías todas las comodidades, desde la alimentación hasta la higiene. Todo eso también fue cayendo, se fueron acortando los presupuestos, bajando la calidad de todo tipo. A lo último ya había problemas hasta con la comida, que era la misma casi todos los días”, argumentó.

Affranchino y un gran sentimiento por River.

El fatídico descenso de River

Como muchas figuras, como muchos experimentados y también como muchos juveniles que estaban dando sus primeros pasos en River, Affranchino fue parte del fatídico descenso hacia la segunda categoría de Argentina a mediados de 2011. Y él, lejos de esquivar ese tema turbulento, fue a fondo y se manifestó al respecto.

“Yo creo que el quiebre es cuando jugamos en la cancha de Boca, perdemos y Passarella le pide la renuncia a Grondona. Después nos costaban cada vez más los partidos y sacamos pocos puntos. Ya empezó a hacerse todo un poco más cuesta arriba. No voy a hablar de algo que haya pasado, pero eso fue durísimo”, se sinceró el volante.

“El Apertura 2010 fue buenísimo, pero arrastrábamos torneos anteriores que habíamos salido últimos y después otros de mitad de tabla para abajo. Prácticamente teníamos que salir campeones para no jugar la promoción. Estábamos en camino y no se terminó dando. Un poco por no poder ganar algunos partidos y otro poco por los arbitrajes”, completó.

Era Almeyda, regresó a Primera y llegada de Ramón

Affranchino también contribuyó para que River volviera a Primera. Así fue como, paso a préstamo por San Martín de San Juan mediante, el volante retornó al Millonario y formó parte de los primeros meses del club en su retorno a la máxima división. En ese tiempo coincidió con Matías Almeyda y Ramón Díaz. Y lo recuerda muy bien.

“Cuando ascendemos a Primera, Almeyda me dijo que no me iba a tener en cuenta pero que me podía quedar a pelearla porque no me iba a separar del plantel. Después de la tercera fecha me empezó a citar y empecé a jugar algunos partidos como titular, pero no tuve la continuidad que esperaba, que yo creo que podría haber tenido porque me sentía muy bien, los hinchas me lo hacían sentir”, explicó.

Y, luego, se abrió por completo: “Después llegó Ramón Díaz y acá es cuando creo que yo he errado una decisión porque San Martín de San Juan me volvió a llamar para ir. El técnico me llamaba casi todos los días y me prometía continuidad. Le pregunté a Ramón qué iba a pasar y él me manifestó que me iba a tener en cuenta, que estaba Carlos Sánchez y que después venía yo. Lo hablé con mi representante y la verdad que terminé saliendo en un momento que me tendría que haber quedado. Si me quedaba en River y competía a la par de mis compañeros, capaz que hubiese tenido más oportunidades de jugar”.

Affranchino, actualmente en Olimpo.

Último retorno a River y rescisión

Finalmente, tras una nueva era en San Martín de San Juan y otro préstamo en Belgrano de Córdoba, Affranchino retornó por última vez a River y se encontró con el inicio de la aventura de Marcelo Gallardo como entrenador. De todos modos, no tuvo ninguna posibilidad de formar parte de ese proceso que terminaría siendo absolutamente glorioso.

“Ya cuando volví en 2014, estaba Marcelo y me dijo que no me iba a tener en cuenta. Ahí ya me desvinculé del club. Me quedaban seis meses de contrato y, en una reunión con los dirigentes, buscamos una salida porque ya no nos servía a ninguna de las partes”, exteriorizó.

Un camino que siguió por el exterior y el ascenso

Más tarde, en el horizonte de Affranchino aparecieron Lobos de México, Unión de Santa Fe, Ferro Carril Oeste, Instituto de Córdoba, Villa Dálmine y Olmedo de Ecuador hasta que, en 2020 y en plena pandemia, recaló en Olimpo de Bahía Blanca, donde se mantiene hasta el día de hoy siendo ídolo y referente.

Precisamente, en el Aurinegro viene de vivir un momento muy delicado en el que, en una serie decisiva por el ascenso a la Primera Nacional, fue claramente perjudicado contra Sarmiento de La Banda. Para colmo, Affranchino, el protagonista de esta historia, resultó herido como consecuencia de un piedrazo en la cabeza.

“El Torneo Federal es una categoría muy difícil por lo futbolístico y por cosas externas, lamentablemente. Pasan muchas cosas que por ahí yo no lo veo en otras categorías y nunca viví cosas como las que viví acá, sinceramente. Es muy difícil cuando te tocan estas situaciones, ser víctima de algo así”, explicó Affranchino, de 34 años de edad.

“Hace rato que Olimpo viene haciendo todo para ascender y eso es lo que te termina dando bronca. Hicimos torneos increíbles y terminamos quedándonos con las manos vacías y eso es lo que más duele, lo que más molesta. Cuando son injusticias es más difícil de digerir“, completó, guardando un gran porcentaje de bronca por lo acontecido.

Compañero con más clase, mejor DT, el amigo que le dio el fútbol y el gol más gritado

-¿El compañero con más clase que tuviste?

-Yo creo que David Trezeguet llegó a ese puesto.

-¿El mejor técnico de tu carrera?

-Tuve muchos y aprendí de todos pero creo que fue el Negro Astrada. Sin dudas fue el que me dio la continuidad y el que me aportó mucho.

-¿Un amigo que te dio el fútbol?

-Tengo muchos que me dejó el fútbol, pero por años, por convivencia en la pensión, por convivencia en departamento y por muchísimas cosas, yo creo que Leo Chichizola.

-¿El mejor gol de tu carrera?

-El primero, el que hice en cancha de River contra San Lorenzo en 2010. Fue el más importante porque era el primero, porque fue en cancha de River y porque ganamos 1-0 el clásico. Hacía mucho tiempo que la cancha de River no disfrutaba de un triunfo así y me acuerdo de ver las tribunas y la gente se sacaba la remera para cantar.