Por momentos cuesta recordar que Alexis Mac Allister, campeón mundial con la Selección Argentina en Qatar y motor en mitad de cancha del Liverpool campeón de la Premier League, haya defendido la camiseta de Boca. No porque sus rendimientos lo hayan hecho pasar inadvertido, sino porque su estadía, que llegó a coronarlo como campeón de la Superliga, duró apenas un puñado de meses.
Tan solo 20 partidos oficiales, en los que aportó dos goles y cuatro asistencias, mientras estuvo cedido en El Xeneize por el Brighton, que meses antes lo había fichado en Argentinos Juniors pero decidió dejarlo cedido en el fútbol argentino no solo para que siguiera ganando rodaje, sino además por las demoras que suponía si visado para jugar en Inglaterra.
Fueron meses políticamente muy movidos los que le tocó vivir en Boca, porque el club se encaminaba a las elecciones que en diciembre de 2019 terminaron con largos meses de gestión del macrismo, encarnado por aquel entonces en la figura de Daniel Angelici, para que asumiera el mando Jorge Amor Ameal, impulsado por la figura de Juan Román Riquelme como carta de victoria asegurada en las urnas. Pero el ídolo, también, fue carta de salida para Mac Allister, incluso en contra de su voluntad.
“El Brighton me había comprado en 2019. Al principio me mandaron a préstamo a Argentinos, que es el lugar donde yo crecí. Después, pasé un año a préstamo a Boca, club del que soy hincha. Y estaba muy contento, disfrutando un montón. Pero a los seis meses cambió la dirigencia y ahí tuve mi primer gran golpe en el fútbol“, relató para el artículo que fue publicado este jueves por The Players Tribune.

Alexis Mac Allister fue campeón de la Superliga con Boca.
“Para mí era un sueño estar en Boca. Quería quedarme y disfrutar de esos seis meses más, pero como el préstamo era sin opción, los dirigentes no querían que me quedara. Y para mí no fue nada fácil tener que irme de esa manera, porque la persona que tomó la decisión fue Riquelme, que era mi ídolo. Yo crecí admirándolo, porque dentro de la cancha era el mejor jugador que había. Así que imagínense lo difícil que fue vivir todo eso”, agregó para cargar sobre las espaldas del actual presidente Xeneize la responsabilidad de su salida prematura.
Vinculado con Boca desde la cuna
El vínculo de Alexis Mac Allister con Boca, más allá de lo fugaz que fue su paso como jugador, es de toda la vida. Cuando nació, hacía solo dos años que su papá Carlos había dejado el club en el que militó entre 1992 y 1996 pero al que siguió yendo a ver en La Bombonera.
“De chico, cuando las maestras me preguntaban qué quería ser de grande, yo las miraba como si me estuvieran cargando. ¡Futbolista, por supuesto! La mayoría de la gente cree que es porque mi papá es El Colorado, un ídolo de Boca. Pero la verdad es que mi papá podría haber sido plomero, y yo igualmente iba a estar obsesionado con ser jugador de fútbol. Me acuerdo la primera vez que nos llevó con mis hermanos a ver un partido a la Bombonera. Para hacer las últimas dos cuadras tardamos como una hora. Todos lo paraban, le pedían una foto, un autógrafo, querían hablarle… Ese fue el comienzo de toda la pasión, empezar a entender lo que era mi papá, el jugador de fútbol. Fue el comienzo de todo el camino”, contó con detalle.
No solo ese sueño logró cumplir Alexis, que debutó en Primera División con la camiseta de Argentinos Juniors, se dio el gusto de salir campeón con Boca y comenzó de muy joven a hacer carrera en la Premier League, para muchos la mejor liga del mundo. Fue campeón mundial con la Selección Argentina, fichó con Liverpool y recientemente coronó también como campeón de ese certamen que reúne a muchos de los mejores futbolistas del planeta. Y aunque por momentos cuesta recordar ese breve paso por El Xeneize, la nostalgia invade a sus hinchas cuando sucede.

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