Después de la debacle futbolística de Boca contra Alianza Lima, por primera vez, Fernando Gago quedó en la mira del hincha. Al técnico se lo vio nervioso durante el partido, abatido al final e incoherente en la conferencia de prensa, diciendo que el Xeneize tuvo el control del partido.
Gago inventó un mediocampo con Lucas Blondel de 8, Williams Alarcón por izquierda y el pibe Rey Domenech de número 5. Boca no estuvo a la altura de la Libertadores ni de su camiseta. Boca no defendió, no metió y no corrió. De no ser por el arquero Agustín Marchesín, el equipo estaría con un pie afuera de la Copa. Fue un desastre.
Ayuden a Alan Velasco. Están quemando al fichaje estrella de Riquelme, pónganle un psicólogo, háblenle, háganlo descansar. Pagaron 10 palos verdes y el jugador no puede gambetear a un rival.
Enfrente, Boca tiene a un bicho del fútbol como Pipo Gorosito. Mastreclass en el juego en Lima, con un futbol simple superó al equipo de Gago y además embarró la cancha en la conferencia de prensa con la guardia alta. Abrió el paraguas: “Tengo miedo de que me caguen en La bombonera”. Le puso un clima complicado a la revancha del martes.
Y otra cosa, la Conmebol volvió a cagar a Boca. A los 10 segundos tendrían que haber echado a Noriega por una patada voladora que fue amarilla. Pensar que a Luis Advíncula lo echaron de arranque en otra serie, pero parece que cuando tienen que echar a un rival de Boca, es amarilla.
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