Se acabó la espera. Finalmente, y, después de un extenso período de inactividad, este martes volvió a ver acción la UEFA Champions League, el certamen continental más importantes del globo terráqueo a nivel de equipos. Y lo hizo con dos compromisos realmente atractivos que, en la previa, prometían e ilusionaban demasiado.
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Por un lado, Milan y Tottenham Hotspur se encontraron frente a frente en suelo italiano. Y, paralelamente, el plato fuerte: con el imponente estadio Parque de los Príncipes de la capital francesa como escenario y como testigo, Paris Saint-Germain y Bayern Munich, dos serios candidatos al título, chocaron buscando dar el primer paso hacia los cuartos de final.
Con Lionel Messi y Neymar desde el arranque y Kylian Mbappé sentado en el banco de suplentes, los dirigidos por Christophe Galtier no tuvieron un buen primer tiempo. Por el contrario, el trámite de dicho período inicial fue manejado de principio a fin por la escuadra alemana, que estuvo mucho más cerca de desnivelar. De todos modos, el descanso llegó con un rotundo 0-0.
Posteriormente, al comienzo de la etapa complementaria, esa tendencia se mantuvo de forma clara. De hecho, Bayern Munich terminaría encontrando una merecida apertura del marcador a los ocho minutos de ese segundo tiempo gracias a una aparición de Kingsley Coman. Historia cuesta arriba para Messi y compañía.
+ 0-1 de Coman:
A partir de allí, Paris Saint-Germain redobló esfuerzos buscando revertir el panorama completamente adverso. Y empezó a acumular chances para, por lo menos, rescatar un empate. Sin embargo, no contó con la lucidez necesaria como para hallar el camino y cosechó una dolorosa derrota por 1-0 que lo dejá muy mal parado.