Es difícil encontrar un arquero que tenga su mejor nivel a los 20 o 22 años, ya que, por lo general, la madurez llega a eso de los 30 y así le sucedió a Julio Chiarini, quien luego de pasar por varios clubes del Federal A y B, se afianzó en un Instituto que quedó en el recuerdo y luego tuvo la oportunidad de defender el arco de River, donde ganó títulos inolvidables.
Se retiró de la actividad profesional, estuvo un tiempo parado y luego volvió. En una entrevista exclusiva con BOLAVIP, Julio Chiarini repasó todos los temas: sus comienzos en el fútbol, los años en el Ascenso, el dolor por no haber ascendido con Instituto en aquella B Nacional 2011/12, la charla con Gallardo antes de llegar a River, la simpleza de Barovero, por qué Batalla no logró triunfar en Núñez, el por qué del retiro y el regreso, su actividad en la función pública y el deseo de volver al mundo del fútbol desde otro rol.
-¿Cómo aparece el fútbol en tu vida?
-Yo nací en Oliva, Córdoba, una localidad de 15 mil habitantes. Jugué en Vélez de Oliva hasta los 14 años que es cuando me fui a probar suerte a Buenos Aires. Mi familia siempre estuvo muy presente, me acompañaron desde un principio y fueron muy importantes. La pelota aparece desde que tengo recuerdos, era mi juguete, no me acuerdo de otro juguete. Desde los cuatro años que soy arquero, siempre me gustó, nunca cambié el puesto. Siento el arco desde muy chico, amé la pelota desde el día que nací. Por suerte pude cumplir el sueño de jugar en Primera.
-¿Quiénes eran esos ídolos de chico? ¿Eran arqueros o jugadores de campo?
-Mi mamá siempre me cuenta una anécdota, pero la verdad que yo no me la acuerdo porque era muy chico, ja. Ella me cuenta que yo lloraba porque quería llamarme Nery por Pumpido. Se ve que en ese momento era un referente que yo tenía, ella se acuerda siempre. Ya más grande, mi ídolo era Chilavert en Vélez, yo veía los partidos de Vélez por él. Me encantaba su forma, su personaje. Yo me desvivía por él. No me quiero olvidar de nombrar a Fillol tampoco.
-¿Hay que estar un poco loco para ser arquero?
-Sí… somos distintos. No tengo la locura de sacarme adentro de la cancha o pelearme, pero sí reacciono de una carrera que no es normal, son pequeñas locuras que calculo que te la dan la soledad del arco y la responsabilidad que tiene el puesto. A veces tomaba decisiones que no era normales, ja.
-Te costó llegar a Primera, ¿cómo viviste ese proceso?
-Venía de una frustración muy grande en Chacarita. Había estado tres años, tenía la idea de firmar contrato y no se dio. Ahí entraron las dudas, era muy difícil probarse en un club en edad de firmar contrato. Tenía que bajar de categoría y en ese momento apareció Cambaceres para que sea segundo arquero y ahí fui, no fue nada fácil. Fue a pelearla, me tocó jugar y me fue bien, pero me tuve que ir por falta de pago. Después apareció Huracán de Comodoro Rivadavia y ascendimos del Torneo Argentino B al A.
Julio Chiarini atajó en Huracán de Comodoro Rivadavia entre 2004 y 2006.
-¿Cómo se da tu llegada a Instituto? ¿Fue el punto de inflexión de tu carrera?
-Me va muy bien en Alumni de Villa María y aparece la posibilidad de Instituto, era muy difícil pasar del Federal A al Nacional B. Llego a Instituto y era para ser segundo o tercer arquero, estuve dos años yendo al banco porque el titular era Jorge Carranza, pero hubo un partido que marcó mi carrera.
-¿Cómo fue eso?
-Estaba todo dado para que me vaya de Instituto, pero me acuerdo que jugamos un partido, creo que era la última fecha, contra Independiente Rivadavia y la rompí y por ese partido me quedé en Instituto para el año siguiente. Yo creo que, si no tenía ese partido, no me podía mostrar, lo más probable era que no siga en Instituto. Darío Franco me dio la titularidad y ahí empezó mi mejor parte en la Gloria.
-¿Qué me podés decir de aquel Instituto que compartió la B Nacional con River en 2011/12? ¿Cómo viviste que no se haya dado el ascenso?
-Fue muy lindo todo hasta los últimos 90 minutos que perdimos con Ferro de local y no ascendimos. Nunca me pude recuperar de eso porque podíamos haber quedado en la historia y poder jugar en Primera con Instituto. Con el tiempo lo fui digiriendo un poco más, pero fue una frustración muy grande. Un dolor y un golpe muy grande, tengo visiones de aquella noche. La pasamos muy mal, teníamos una gran ilusión.
Entre 2009 y 2014, Julio Chiarini tuvo su primer paso por Instituto.
-¿Se veía que Dybala era diferente?
-Yo me acuerdo el día que llegó. Era un nene, tenía creo que 17 años. Empezó a entrenar el loco y era diferente. Él tuvo la posibilidad de debutar porque teníamos un delantero con dos fechas de suspensión y una vez que lo pusieron lo no pudieron sacar más. Estuvo poco con nosotros hasta que debutó. Era un crecimiento del día a día, todos sabíamos que lo íbamos a poder disfrutar poco. El único año que jugó en Argentina lo hizo conmigo y eso no me lo saca nadie, ja.
-¿Cómo se dio tu paso a River?
-Me acuerdo que a Instituto lo venía a ver mucho el Pollo Buján, el ayudante de Gallardo, porque había jugado en el club, yo no tenía idea que me estaba siguiendo a mí la verdad. Me acuerdo que estaba en una reunión con amigos, me suena el teléfono y era Gallardo, yo no lo podía creer. Me preguntó cómo veía la posibilidad de llegar a River, que iba a haber algunos cambios en el arco y que quería contar conmigo. Me acuerdo que en la charla me dice que no lo cuente, así que fue difícil, pero cumplí y no se lo conté ni a mi familia, fue jodido guardar ese secreto, porque quería contárselo a todo el mundo, era un orgullo muy grande. Fue una muy linda charla con Marcelo que todavía recuerdo.
En su primer semestre en River, Chiarini ganó la Copa Sudamericana.
-¿Qué hacía especial a Barovero?
-Yo veía la simpleza con la que trabaja y las pelotas que sacaba en los entrenamientos. Lo que todos veían en los partidos, yo tenía la suerte de verlo en la diaria, como reaccionaba a tiros de compañeros, era impresionante. Si estaba Marcelo adelante era imposible, a mí me tocaba acompañarlo y, cuando me tocaba estar a la altura y que el equipo no sienta su ausencia. Tuve la posibilidad de atajar algunos partidos y me fue bien. Yo sabía lo quera Marcelo y quiero destacar lo que es como persona, un tipo muy educado, con palabras justas, un líder callado, predicaba mucho con el ejemplo.
Barovero y Chiarini, los arqueros del River campeón de la Libertadores 2015. (Foto: Getty).
-¿Con qué momento te quedás de tu paso por River?
-En San Luis, contra Colón por Copa Argentina que atajé dos penales, ahí sentía que me afianzaba, que fue mi bienvenida, que la gente me iba a empezar a aceptar, le había respondido a Marcelo y a la gente que me llevó. Atajé varios partidos, pero era muy pausado. Otro momento, obviamente, es cuando salimos campeones de la Copa Libertadores, el haber estado dando vueltas con ese descapotable fue increíble, quedás en la historia. En esa Copa jugué dos partidos, sentí que participé. Ahora que estoy retirado, me doy cuenta de lo difícil que ganar la Libertadores.
Julio Charini pasó dos años en River y formó parte de una de las eras más gloriosas del club. (Foto: Getty).
-¿Por qué crees que a Batalla no le fue como se esperaba en River?
-Creció mucho Augusto. Augusto no es hoy el que era antes, era un pibito cuando debutó en River y le tocó llegar después de Barovero, como le va a pasar al que venga después de Armani. Ese arco no te permite equivocarte, sobre todo en momentos importantes. Se sabía que iba a ser un gran arquero, más que nada por su personalidad, era un pibe muy maduro. Después tuvo un muy buen paso por San Lorenzo, fue capitán y ahora le va muy bien en España. Es para destacar que se recuperó de un golpe muy fuerte, que por ahí es que no le haya ido muy bien en River, pero hoy tiene un gran presente.
-Saliste de River, pasaste por Sarmiento, Tigre e Instituto. Te retiraste y volviste a la actividad profesional. ¿Por qué?
-Un día me levanté y dije que no jugaba más. Me había ido mal de Tigre, vuelvo a Instituto que es el club donde me quieren, me siento cómodo, pero por ahí no estaba bien desde lo mental y eso fue lo que me jugó en contra. Volví a Instituto, a Córdoba, a estar cerca de mi gente y lamentablemente no nos fue muy bien. Sentía que estaba desgastado y no quería tirar por la borda todo lo bueno que había hecho antes y me retiré de un día para el otro. Por un año no quise saber nada y a los dos años me llaman de Sol de Mayo, que necesitaban un arquero y me fui en auto a Viedma y fui honesto conmigo y con el club, si veía que no me podía mover me volvía, pero estuve bien y así fue que volví. Después estuve un tiempo en Camioneros y después volví a la B Nacional con Gimnasia de Jujuy, no lo podía creer. Me terminé retirando porque quería estar más cerca de mi hija, pero me quedó un gran recuerdo de Gimnasia y de su gente, me trataron diez puntos.
Chiarini tuvo un segundo ciclo por Instituto. (Foto: Prensa Instituto).
-Ahora estás trabajando en la municipalidad de Vila Nueva, ¿qué estás haciendo?
-Cuando me retiré me vine a vivir a Villa Nueva, mi hija es de Villa María, acá al lado. Me hice amigo del que hoy es intendente, en su momento no lo era. Cuando me retiré me ofreció venir a trabajar como Secretario de Deporte y Turismo. Estoy aprendiendo todos los días, me gusta, estoy cómodo y tranquilo.
-¿Te gustaría volver al mundo del fútbol?
-Sí, ya tengo el curso de técnico hecho, ahora estoy por terminar el de entrenador de arquero y quiero prepararme para el futuro. El día de mañana quisiera dirigir o ser entrenador de arquero. Quiero ir a ver entrenamientos, saber si le puedo llegar a un grupo. Es muy cruel el fútbol, no me quiero largar sin estar preparado. Todavía me queda una historia en el fútbol, lo sueño y sé que queda una historia por delante.
-¿Ese sueño tiene alguna camiseta en particular?
-Instituto y River son las dos camisetas que me marcaron. Tengo una debilidad muy grande por ese club, te lo cuento y me emociono. Es un amor muy grande que yo tengo por Instituto, pero los dos, porque en River me trataron muy bien y tengo la suerte de formar parte de un grupo que quedó en la historia.
