Este lunes, la segunda fecha de la presente temporada de la Liga Profesional de Fútbol de Argentina encontró su punto final. Y, en la última función, Huracán confirmó su gran presente convirtiéndose en uno de los punteros del mencionado certamen doméstico, acumulando seis unidades de seis posibles. Sí, puntaje perfecto para el Globo.
En el estadio Tomás Adolfo Ducó del barrio porteño de Parque de los Patricios, los conducidos por Diego Dabove se encontraron frente a frente con Banfield y terminó teniendo lugar un auténtico partidazo. En definitiva, Huracán se quedó con un triunfo por 3-2 para desatar la locura del buen número de gente que asistió al escenario.
Nicolás Cordero, Fernando Tobio y Gabriel Gudiño se encargaron de las anotaciones de Huracán, mientras que Andrés Chávez y Guillermo Soto en contra de su propia valla lo hicieron para los comandados tácticamente por Javier Sanguinetti. Cabe destacar que el Quemero había iniciado su camino en la Liga Profesional superando a Defensa y Justicia en Florencio Varela.
De todas maneras, la nota más llamativa de la jornada tuvo que ver con un festejo un tanto fallido. Es que, una vez que convirtió el 3-1 parcial de Huracán cuando se desarrollaba el tiempo de descuento de la primera parte, Gudiño tuvo la intención de ir a celebrar con su familia, la cual se había ubicado en la platea local. Pero se llevó una sorpresa.
Es que no los encontró. ¿Por qué? Justo antes de que termine el primer tiempo y pensando que ya no habría más emociones en el verde césped, la familia del exjugador de Tiro Federal de Morteros, Las Palmas, 9 de Julio de Morteros, Libertad de Sunchales, Atlético de Rafaela, San Lorenzo, Belgrano, Cultural Leonesa y Patronato se había ido a comprar comida. Increíble.