Para muchos, no hay partido en el mundo que genere más interés que el Superclásico del fútbol argentino entre River Plate y Boca Juniors. Sea en la Bombonera, en el Monumental o en cualquier otro estadio, los dos equipos más importantes del país paralizan los corazones de todo el territorio argentino pero también cruzan fronteras y hacen lo propio a lo largo y a lo ancho del planeta.

Por supuesto, este miércoles, en el marco de los octavos de final de la presente edición de la Copa Argentina, no hubo excepciones. Los conjuntos comandados tácticamente por Marcelo Gallardo y Miguel Ángel Russo se encontraron frente a frente con el Estadio Ciudad de La Plata como escenario buscando tumbar, nada más ni nada menos, que al rival de toda la vida.

Pero este compromiso entre el Xeneize y el Millonario no era uno más. Es que no solamente se jugaba el honor, no solamente se jugaba la alegría del pueblo de cada equipo. Al mismo tiempo, el mencionado certamen doméstico ofrece un pasaje hacia la próxima edición de la Copa Libertadores de América para quien se haga con el título. Y no es poca cosa.

En medio de ese panorama, el primer tiempo fue un auténtico letargo. Boca salió a presionar en campo contrario, sorprendiendo a River. Sin embargo, los de Russo no fueron ni profundos ni eficaces. Al mismo tiempo, el Millonario, que jugó realmente mal, tuvo la más clara pero Braian Romero falló de forma insólita. Por eso, el descanso llegó con un 0-0 en el marcador.

Posteriormente, en la etapa complementaria, River salió a jugar de una manera completamente distinta, haciéndose dueño de la pelota y contando con las mejores situaciones. De todos modos, los de Gallardo no capitalizaron el puñado de oportunidades claras del primer tramo del segundo tiempo y el encuentro ingresó en una zona de tensión.

Bajo esa órbita, durante la recta final del encuentro también reinó la pierna fuerte y los cortes por diversas circunstancias. Como consecuencia de ello, el 0-0 fue definitivamente inamovible y la definición se estiró hasta los penales. En dicha instancia, Boca volvió a ser más efectivo que River y se metió en los cuartos de final de la Copa Argentina.