Ese abrazo tiene historia. Tres mundiales. Años de viajes, de lucha, de crecimiento. Termina el partido con el saque de Mimi Sosa y se abraza con la capitana, Tatiana Rizzo, y se quedan allí un rato, resumiendo en esa fusión la historia de Las Panteras. Son parte de los cimientos de este equipo que aún las conserva, junto con Yas Nizetich, y que comenzaron lo que jugadoras como Mercado, Bulaich, Mayer, Herrera viven hoy. Un paso más en esta etapa dorada del equipo que no parece tener fin.

El objetivo era ambicioso pero posible. Porque el camino era el correcto. La Selección llegó a Países Bajos-Polonia con una idea clara: clasificar a la segunda fase del torneo. Y para eso había que golpear en los momentos justos, no era cuestión de milagros. República Checa y Colombia eran los rivales a vencer para lograrlo y así lo hicieron. Demostrando esa constancia que tiene el equipo, el fuego interior pero también la evolución.

Fue un partido luchado de principio a fin, punto a punto, bloqueo a bloqueo, donde cada revisión de punto tensaba el aire, un milímetro podía cambiar la historia. Argentina arrancó abajo, perdiendo el primero y con la necesidad de levantar ante un equipo al que le habían ganado en el Pre Panamericano pero con el que cayeron en el amistoso previo al Mundial.

Con el 1-1 en sets, Colombia remontó lo que parecía ser otra manga para la albiceleste (tuvieron un set ball a favor que no se pudo aprovechar) y terminaron logrando el 2-1, aunque el golpe no fue lo suficientemente duro pues el equipo de Ferraro reaccionó siendo contundente, con una Mercado (31 puntos) que fue de menor a mayor logrando un goleo histórico.

El tie break fue siempre de Argentina, que se llevó puesto a Colombia, aún en un insólito momento, cuando entre el segundo árbitro y la mesa no lograban ponerse de acuerdo en el tanteador y estuvieron varios minutos deliberando. En el retorno, otra vez apareció la autoridad del equipo argentino para no dejar reaccionar al rival y llevarse el partido: 19-25; 25-17; 27-29; 25-20 y 15-8.

Ahora restará un capítulo, que será ante Japón, el domingo a las 9 de la mañana, para cerrar su participación en el Grupo D. Pero la historia está escrita: desde 1982 que no se lograban dos victorias consecutivas en un Mundial y llegó a una instancia inédita. Otra página de oro escrita por este equipo que se renueva, que se replantea objetivos pero que sigue creciendo. Y con esta clasificación vendrá también un avance en el ranking, fundamental para las aspiraciones olímpicas. A sus sueños las llamaron.