Cuatro victorias en 2025, todas ellas poniendo en juego sus tres cinturones de campeón mundial en la división de peso supergallo, hacen de Naoya Inoue indiscutiblemente el mejor boxeador del año. Terminó de confirmarlo este mismo sábado, en la Mohammed Abdo Arena de Riyad, Arabia Saudita, imponiéndose casi sin despeinarse al mexicano David Picasso en una cartelera en la que también ganó quien se espera sea su próximo rival, Junto Nakatani, en un combate que podría organizarse para mayo de 2026.
Aunque el pleito terminó volviéndose deslucido con el correr de los asaltos, Inoue terminó llevándose una victoria inapelable por decisión unánime de los jueces, con tarjetas de 119-109; 120-108; 117-111.
El japonés no salió a buscar a su presa como en la mayoría de sus combates. Lo tomó con calma, pero marcó su superioridad ronda tras ronda y poco a poco fue dinamitando por dentro a un oponente que llegó a la segunda mitad de la pelea, todo un mérito en sí mismo, con notables muestras de agotamiento.
Tal fue la superioridad de Inoue sobre Picasso que la falta de deseo del campeón mundial por definir el trámite antes del límite hizo que los últimos asaltos de la pelea se volvieran insulsos, tediosos de ver por la repetición de martillazos con su jab sobre el rostro del mexicano, sin más que dejar pasar el tiempo.
El gran 2025 de Naoya Inoue había iniciado con nocaut en el cuarto asalto a Ye Joon Kim, siendo además una de las tres mejores definiciones del año; nocaut técnico en el octavo a Ramón Cárdenas en mayo y victoria en decisión unánime sobre Murodjon Akhmadaliev en septiembre, sacando adelante un durísimo combate.

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El récord profesional de Naoya Inoue
Con su victoria de este sábado ante David Picasso, Naoya Inoue perfeccionó su récord profesional invicto que se compone ahora de 32 victorias, 27 de ellas por nocaut, sin empates. Así las cosas, el mexicano, que sufrió el primer traspié de su carrera, se convirtió en uno de los únicos cinco peleadores que no fueron derrotados antes del límite por el japonés.
Además, es la primera vez en la carrera del campeón mundial de peso supergallo que se va en dos combates consecutivos a las tarjetas, pues ya había sucedido en septiembre ante Akhmadaliev.







